A esos otros lugares. Magdalena Correa
NATALIA ALONSO ARDUENGO mirando a MAGDALENA CORREA
Mientras haya una sola provincia donde la fotografía
no nos pueda decir más de lo que vemos con nuestros ojos,
habrá otra donde nos demuestre lo poco
que nuestros ojos nos permiten ver.
Dorothea Lange
De la capa superficial a los estratos más profundos de una cultura, del paisaje a quienes lo habitan, de la aproximación estética al documento antropológico. Es el equilibro que caracteriza la obra de Magdalena Correa. Su declaración de intenciones es clarificatoria y va más allá: “Mi interés se dirige a explorar aquellos territorios geográficos y humanos que se encuentran en situación de aislamiento, precariedad y olvido”. A esta artista visual le atraen los hábitats extremos, remotos. Aquellos de naturalezas hostiles en los que las poblaciones se obstinan en domar lo indomable. Porque no ha lugar el engaño, la naturaleza siempre recupera lo que fue suyo.
Cada uno de sus proyectos le requiere un proceso de investigación de unos dos años y, para su ejecución, una residencia de un mes entero de convivencia con las comunidades objeto de estudio. Como un miembro más de los grupos escogidos, Magdalena Correa se convierte en testigo y en narradora visual de su entorno y su cotidianidad. De ello surge una fotografía próxima y nada impostada. Capta la esencia de lo que se despliega ante sus ojos logrando la correcta proporción entre la parte estética y la parte documental.
Es un trabajo que ha ido virando de lo general a lo particular. Si bien el paisaje era el principal protagonista de sus instantáneas, la figura poco a poco ganó en presencia invirtiendo esa relación. También es cierto que el paisaje sublime fotografiado, el que desborda los sentidos por su inmensidad, fue siempre un paisaje antropizado, aquel en el que, de un modo u otro, la huella humana estaba ahí como testimonio de la ocupación.
Hay una evolución en su forma de mirar y, por extensión, en su forma de encuadrar. Lo individual, el quehacer diario y el detalle costumbrista ganan terreno progresivamente. “Lo infraordinario”, que diría Georges Perec, se convierte en lo esencial para el objetivo de su cámara. El escritor francés consideró fundamental “cómo hablar de esas cosas comunes, más bien cómo acorralarlas, cómo hacerlas salir, arrancarlas del caparazón al que permanecen pegadas, cómo darles un sentido, un idioma: que hablen por fin de los que existe, de lo que somos”. Y, así, fundar una antropología. Aquella que hablará de cada cual.
La artista chilena consigue con sus fotografías rescatar el fragmento y, partir de él, profundizar en la identidad de cada comunidad. Una identidad marcada, cada vez más, por las mujeres. Asomaban tímidamente en La Rinconada, en cuya mina ilegal (la más alta del mundo) solo pueden entrar hombres. Las mujeres, que deben permanecer fuera recolectando el oro en las faldas, protagonizan algunas de las imágenes de esta serie. También en Suiti ocupan una posición destacada vistiendo sus trajes típicos en rituales silenciosos, intimistas y muy simbólicos para su cultura. En posteriores trabajos empoderará y dignificará su papel de manera profunda y significativa. Lo hace en Wayúu, una etnia indígena colombiana que habita en una zona desértica (Alta Guajira) que obliga a las mujeres a realizar largas jornadas a pie y bajo altas temperaturas para recoger agua. Y, en Las Caras de la Tierra, su último proyecto (en proceso), refuerza esa inquietud abordando a la mujer otomí del Valle del Mezquital y su constante lucha por hacerse escuchar para conseguir la igualdad y el respeto. En él pone en valor el destacado papel ejercido por las mujeres en sus comunidades sacando adelante a sus familias a pesar del elevado nivel de precariedad económica y de violencia doméstica.
El fotoperiodista francés Gilles Peress, de la agencia Magnum, afirmó que su interés es “recopilar testimonios para la historia”. Más allá de captar aquellos acontecimientos que en muchas ocasiones supondrán un punto y aparte en la deriva del mundo, Magdalena Correa también recopila testimonios para la historia. Pero los suyos son testimonios para aquella historia particular que corre el riesgo de desaparecer subsumida en la historia universal. Son testimonios que transportan a esos otros lugares al margen de lo genérico como patrón dominante. Fotografía lo infraordinario para que esos testimonios no caigan en el olvido.
Natalia Alonso Arduengo. Web. Bio MMM.
Magdalena Correa. Web. Bio MMM.
Otras publicaciones de Natalia Alonso Arduengo en MMM: Cristina Toledo. Sandra Paula Fernández. María Moldes. Breza Cecchini Ríu. Noemí Iglesias Barrios.