Johanna Speidel: «Crecemos como personas y como artistas en el intercambio de ideas.»
NIEVES CORREA mirando a JOHANNA SPEIDEL
Me hace mucha ilusión entrevistarte Johanna porque el año pasado, en la IX edición de MMM, fuiste tu quien me entrevistó a mi y pasamos muy buenos ratos juntas hablando de nuestras experiencias y sentimientos respecto de muchas cosas con la facilidad que da el haber sido amigas desde hace tantos años, casi desde que llegaste al España en el año 1987. ¿Cómo describirías la sociedad y el ambiente que encuentras entonces aquí como mujer y como artista?
Muy “movida” por “La Movida”, se respiraba mucha libertad y en seguida pude continuar con mi trabajo de grabadora en la Galería Brita Prinz y encontrar un ambiente maravilloso en el Circulo de Bellas Artes, donde empecé a interesarme por el video-arte y la instalación multimedia a través de los Talleres de Arte Actual.
En aquel entonces, aunque todavía estaba cercana la dictadura, los mecanismos de control social eran mucho menos rígidos que en Alemania y la forma de vivir el día a día en España era mas libre y espontanea.
A la vez, y a mi pesar, también había mucho machismo y en aquel momento no me sentí protegida por una red de mujeres artistas. Eso me llevó a alejarme de ciertos ambientes e inventarme mis propios proyectos con personas elegidas por mi. Así salió la vídeo-producción en colaboración con muchas personas maravillosas llamada Pasatiempo en 1988.
A la vez entré en contacto con espacios interesantes, gestionados por artistas como el Espacio P, llevado por el circulo de Pedro Garhel y forjamos un trato horizontal junto a personas como tu.
Cuando nos conocimos ya estabas trabajando en proyectos multimedia en los que incorporabas fotografía y video a tus piezas, algo realmente insólito en el panorama del arte en España en aquellos años. ¿Cómo ha evolucionado tu trabajo desde entonces desde el punto de vista técnico con la “democratización” de la tecnología de la imagen?.
Mi trabajo es conceptual y según las necesidades del tema tratado pueden variar los “materiales”. Para mi instalación multimedia Riña de gallos de 1990 utilicé grabaciones de un combate de boxeo e imágenes de personas en Brasil bailando Capueira, y para realizarlo tuve que viajar a Brasil. Para la instalación Cáliz me hacia falta sangre, entonces tuve que ir al Matadero de Madrid a comprarla.
Igualmente trabajé entonces con la superposición de diapositivas y también en foto-litografía. Era un trabajo inmenso buscar parejas que funcionasen en conjunto como por ejemplo en las imágenes superpuestas de Número cósmico (1991) o You are what you eat (1999).
Hoy en día, tienes la posibilidad de robar imágenes y sonidos de la red, cosa, que detesto, pero utilizo a veces sitios de Creative Commons, que lo comparten, pero falta esa excitación de buscarlo tu misma.
Me gusta trabajar también en estampación y ensuciarme las manos y estar en otro mundo dentro de mis propios pensamientos, cortar con la realidad. Cuando trabajo con el ordenador también sucede, pero la experiencia no es tan sensual porque ya no se trata de una realidad tangible, de tocar y sentir el mundo físico, y el esfuerzo que eso supone en tu cuerpo y en tu mente, aunque para mi siempre hay un momento, incluso en el trabajo con el ordenador, en el que surge algo diferente, algo mágico que me sorprende, que funciona.
Con Internet y Photoshop cambió todo. Agradezco las facilidades, que me ofrecen y a la vez observo la degradación de la capacidad de mirar con atención, hecho de menos la lentitud, la pausa y la espera. Revindico este pensamiento en mis performances rituales y en mis obras en la naturaleza.
Desde tus primeras instalaciones, estoy pensando en Cáliz (1993) o 1&1=3 (1995) pero también en Menos-pausia (2018), has tratado el tema de la maternidad y cuestionado el papel de la mujer como madre. Me gustaría que hablaras de esto desde la perspectiva de aquellos años, en los que fuiste madre, y también de como afrontas estos temas desde el presente, cuando nuestros cuerpos han perdido ya esa función.
Mi obra está ligado a lo que vivo personalmente y a lo que sucede en la sociedad en ese momento.
Desde muy joven me movía en ambientes feministas y especialmente durante mis estudios de Bellas Artes en los años 80 en Alemania.
La instalación Cáliz trata de eso: Actualizo la iconografía de la Piedad y del Cáliz para mostrar a una pareja en espejo, donde tanto la mujer sostiene al hombre como el hombre a la mujer. La obra tiene más matices, pero principalmente habla de la igualdad entre los géneros.
Deseaba ser madre como algo natural y no quería renunciar a esa experiencia. En 1+1=3 se muestran imágenes traslúcida de mi cuerpo desnudo durante el embarazo y me parece una imagen muy bella que en la historia del arte no aparece casi nunca o aparece velada, nunca explícita. Me acompaña la imagen de un hombre, mi pareja, en superposición junto al sonido de corazón de nuestra hija, antes de nacer. Las fotografías reflejan una realidad y paralelamente existe una zona de superposición, que crea una figura abstracta.
En la performance ritual Menos-pausia de 2018 ya corren otros tiempos. Pido a mujeres del público que jueguen conmigo con la palabra M-E-N-O-S-P-A-U-S-I-A, sale MENOS, PAUSIA y revindico NO PAUSA, en el sentido de que la sexualidad de la mujer no acaba cuando ya no es capaz de concebir. También me siento muy a gusto en la compañía de mujeres, que me “riegan” al final de la performance con agua como a una planta. Son 8, es decir, infinitas…
Al hilo de la pregunta anterior, el cuerpo humano en general y tu propio cuerpo en particular, un cuerpo de mujer es un tema recurrente en toda tu producción, además tu cuerpo toma un papel activo, casi performativo, en muchas piezas. Por ejemplo en Me quiero (juego con manos) (2005), La cuestión de la manzana (2002) o Dentro de mí: un volcán (2009). Me gustaría que hablaras un poco de esa idea del cuerpo como agente y agencia en tu trabajo.
Hablo desde mi propia perspectiva, la de mis experiencias y la de las personas que me rodean. Transformo mis vivencias íntimas con el filtro del arte en obras que muestran un cuerpo, en la mayoría de los casos fuera del tiempo y del espacio, o partes de un cuerpo que puede ser incluso el de los espectadores.
Para transformar mi experiencia en una experiencia universal tengo que empezar por mi misma, porque soy la creadora de la obra y quiero proponer una forma directa de comunicación a través de las imágenes que muestro.
Eso se refleja especialmente en La cuestión de la manzana, porque da otra visión al cuento bíblico de Eva y Adán. Comer y ofrecer la manzana a Adán significa que los dos han salido de la fase de la infancia y descubren su sexualidad. Salen de la inocencia infantil y tienen que responsabilizarse de su vida como adultos. En mi pieza no hay lugar para la culpa cristiana, es un símbolo de un proceso de la naturaleza y de las personas que formamos parte de ella.
Me gusta mucho como tienes estructurada tu página web, con una linea de tiempo en la que se puede ver la evolución de tu trabajo. Mirando esa línea del tiempo te das cuenta de que según ha ido pasando este tus proyectos se han hecho mas colaborativos, ya no se trata de ti únicamente, se trata de ti en relación a los demás y esa relación se establece muy a menudo, aunque no exclusivamente, con mujeres, como por ejemplo en Do it yourself (2009-2014), Signos y significados (2017-2019) o The window: Creadoras en las nubes (2011-2019).
Crecemos como personas y como artistas en el intercambio de ideas, especialmente en convivencias, apartados de nuestra cotidianidad. De ahí salió la A.C. La Ternura, que ya con su nombre indica su intención. Estuviste en el primer encuentro en 1995 y formaste parte de la directiva de la asociación junto a Luis Elorriaga y yo misma y siempre me inspiraste como mujer generosa en compartir ideas, espacios y tiempo.
En 2009, empiezo a unir amigas y amigos artistas en proyectos auto-gestionados, concretamente con el ciclo Do it yourself. El panorama del arte había cambiado mucho entonces y tenía la sensación de que los artistas nos habíamos convertido en las patatas de la huerta de los y las curators, además de estar mal pagadas o no pagadas en absoluto.
Entonces se me ocurrió la idea de retratarnos a nosotras mismas en vez de dejarlo en sus manos. Y así nace Do it yourself I: Artistas retratan a Artistas. Invité a nueve artistas del ámbito de video-arte para retratarse mutuamente en formato video. DIY II en 2010 fue una colaboración entre video-artistas y performers y DIY III en 2012, entre video-artistas y poetas. Con DIY IV: Videomessages en 2014, pretendí imitar el funcionamiento del intercambio de mensajes de las redes sociales pero sin palabras sino pura imagen y sonido.
Paralelamente había iniciado ya las entrevistas a creadoras, esta vez exclusivamente mujeres, para fomentar el conocimiento de sus ideas. Las muestro hablando entre las nubes, que es el Leitmotiv de sus sentimientos cambiantes, a un ritmo muy lento. Fuiste una de las primeras que pude entrevistar. Mostré estas entrevistas poco a poco en la revista de MAV, porque el proyecto le interesó mucho a Rocío de la Villa.
Para Signos y significados estuve siete años estudiando la simbología y las imágenes de las cartas del Tarot, concretamente de los Arcanos Mayores. Quería renovar esas imágenes arquetípicas porque en muchas de ellas no se incluye a la mujer de una forma igualitaria y me interesaba dar un punto de vista feminista desde mi propia perspectiva, ¿qué significa para mi La Justicia, que era tu carta, y como la accionas tu después?. Vuestra participación mediante la performance y la poesía añadió mas significados y agradezco mucho la mirada de todas las personas que participasteis en este proyecto.
Al hilo de la anterior pregunta en la mayoría de las obras en colaboración de las que hemos hablado son tus amigas y tus amigos los protagonistas de ellas, y no creo que sea una cuestión de “comodidad”, de material cercano. Creo que para ti la amistad y las redes que se han ido generando a nuestro alrededor desde los años ochenta relacionando nuestra faceta creativa y la amistad es muy importante, quizás por tu condición de “no ser de aquí”, o no… pero me parece importante en tu carrera esa relación entre el arte y los afectos.
Como dice nuestra amiga Yoli (Yolanda Pérez Herrera) en The window, creadoras en las nubes: “Sin vosotros no soy nadie”. Nuestro trato es horizontal y de persona a persona, y no importando la nacionalidad o la edad.
En nuestro grupo de mujeres artistas “METANOIA” además, hacemos hincapié en el reconocimiento y recuerdo de las mujeres artistas. Todas necesitamos esos espacios de intercambio, pensamiento, apoyo, fiesta y calor humano.
Hay una obra tuya que me interesa mucho, desarrollada durante la pandemia del Covid-19, y que documenta a primera vista aquella realidad a través de noticias de periódicos cargadas de alarma y miedo y que de alguna manera tu neutralizas en esta pieza al trasladarlas a un formato natural, la cera de abeja, remedio de sanación ancestral.
Si, es una respuesta al miedo colectivo que hemos pasado durante la pandemia, y que principalmente es el miedo a la muerte. Además quería distanciarme de la vorágine de hiper-información que nos estaba paralizando y manipulando. Contrasto esa experiencia con los procesos de lo vivo, el deseo de sanación, donde vida y muerte son una unidad inseparable y en constante intercambio.
Son mapas de un fluir natural, que nos llevan a tesoros perdidos a través de la belleza de las formas, su olor y su presencia poderosa.
Otra faceta de tu producción que me parece muy interesante son tus trabajos en el medio natural, trabajos que muchas veces parecen creados única y exclusivamente para el disfrute de la propia naturaleza como es el caso de la instalación Nidos en Cerro Gallinero, una pieza que me parece extraordinaria en su sencillez y contundencia.
Me gusta mucho trabajar en el campo y tener esa sensación que tu dices de crear en y para la naturaleza. No necesariamente tienen que ser obras que duren en el tiempo, pueden ser obras efímeras de las que conservo alguna documentación.
Cuando me propuso Carlos de Gredos trabajar en Cerro Gallinero descubrí en ciertas rocas hoyos naturales e instalé en esos huecos espejos siguiendo su forma y ese reflejo es la unión del cielo y de la tierra, y creo que funciona muy bien porque subraya esa unión del arriba y el abajo.
En esos hoyos cae agua y se forma hielo en invierno que se derrite en primavera…, es una obra en continua transformación y esa transformación la convierte en algo vivo y orgánico que no va en contra de la naturaleza sino que se integra en ella y en sus ciclos. Me gustaría seguir trabajando en la naturaleza de esa manera, con esa integración.
Y por último me gustaría que hablaras sobre tus trabajos mas recientes, la serie en la que manos y brazos femeninos se entrelazan con formas vegetales, flores y plantas, en una simbiosis mujer-naturaleza.
Me interesa mucho como se transforma un trabajo que tiene una base conceptual muy sólida y concreta en una pieza que ya no está controlada por mi si no por sus propias reglas y leyes. Estas piezas son la continuación de un trabajo de 2010, cuando experimento a través de 5 fotografías de arboles superpuestos y en espejo.
Mi nueva serie, La fuerza de nuestra naturaleza, en principio parte del mismo concepto, pero quería incluir al ser humano. Como no funcionaba bien con el cuerpo completo lo he reducido, como en otros trabajos, a una parte, en este caso los brazos y manos. Mi modelo es nuestra amiga Sofía Misma. Es importante, que sea una mujer y una amiga, porque me reflejo en ella. Sigo las delicadas estructuras de flores y árboles, imitándolas, acompañándolas y buscando una fusión entre lo humano y la naturaleza, de la cual formamos parte.
Las estructuras vegetales, y especialmente las flores debido a su simetría, nos transmiten una gran armonía y belleza. Nuestro problema hoy en día es que ya no sentimos la naturaleza. Pero cuando la sientes, no puedes aceptar políticas meramente mercantiles y nefastas para el medioambiente, porque formas parte de la naturaleza y destruirla se convierte en un suicidio.