Lara Pintos y el carácter transitorio del espacio habitado
LUCÍA CARBALLEDA SUÁREZ mirando a LARA PINTOS
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, lleva a cabo sus estudios entre Pontevedra y Madrid. Su formación artística comienza en la EASD Pablo Picasso de A Coruña, donde se titula en ilustración, comenzando a realizar sus propios proyectos expositivos y colaboraciones editoriales.
Becada por la Fundación Antonio Gala (promoción 2010-2011) para jóvenes creadores en Córdoba, lleva a cabo su proyecto multidisciplinar “Recuerdos de una silla”, que fue expuesta en la Fundación Tres Culturas de Sevilla y posteriormente en las galerías Sargadelos de A Coruña y Ferrol.
Este proyecto inicial juega con la imaginería del hogar en una reivindicación del papel de la mujer fuera de éste. La serie “Derramadas” o piezas como “Sentadita” presentan una fuerte carga simbólica en dicho sentido. Lara construye personajes híbridos a caballo entre la figuración femenina y elementos relacionados con el ámbito doméstico, como sus mujeres-casa, claro guiño a Louis Bourgeois, uno de los grandes referentes de la artista coruñesa desde el principio.
La plástica de la artista coruñesa siempre ha abarcado diferentes registros. Así, la representación del espacio ha sido también una constante en su trabajo. Inspirada en Gastón Bachelard y su libro, “Poética del espacio”, en 2016 inaugura una muestra titulada “Memoria por habitar”.
En esta exposición individual celebrada en la galería coruñesa Monty4, Pintos representa el espacio habitado y su vínculo con la memoria funcionando como un retrato de quienes lo habitan. La morada se presenta aquí como nuestra biografía más íntima desde los orígenes, la casa natal. El interés por el estudio de la luz y su reflejo ya se hacen patentes aquí.
“The Dinner Party” fue un proyecto celebrado en 2017 en la galería compostelana Federica No Era Tonta. En esta exposición individual, además de tomar prestado el nombre de una de las obras más emblemáticas de la Historia del feminismo en las artes plásticas, Lara Pintos crea una galería de retratos de numerosas artistas contemporáneas. Muchas de ellas representadas en sus espacios de trabajo o en plena performance como en el caso de la cubana Ana Mendieta o Marina Abramovic. Judy Chicago, Doris Salcedo, Esther Ferrer o Maruja Mayo fueron sólo algunas de las “invitadas” a esta fiesta donde se celebraba el talento femenino y se reivindicaba el papel de la mujer artista en la historia del arte.
En 2018, en la misma galería, participa en una exposición colectiva, “Selección Artificial”, donde retoma el tratamiento del espacio. Esta vez lo hace para reflexionar desde un punto de vista crítico a cerca del sentido de la posesión que ejercemos sobre algunos animales, obligándolos a habitar en pequeños espacios domésticos.
De esta forma, en su serie “Hábitats” recrea una ficción espacial donde el reflejo de la luz empieza a cobrar cada vez más protagonismo. Peceras de cristal, elementos metalizados en oro y plata sirven a Lara para el estudio de la luz. Una luz grisácea, o como a ella le gusta reivindicar, “Atlántica”. El detalle del estudio de la incidencia lumínica alcanza el esmalte rojo de la uña pintada de una mano, la de la propia artista, que se cuela en la escena de “Hábitat plata III”.
El mismo año inaugura “Espacios Continuos”, una exposición individual en la galería La Catedral de Lugo. Esta vez el análisis de la transitoriedad y mutación del espacio serán el eje del estudio espacial por parte de la artista. Asistimos aquí a estampas como locales comerciales cerrados, emblemas del pasado, que tratan de sucumbir al paso del tiempo y cuya factura y geometría muestra cierta tendencia a la abstracción. Aspecto especialmente destacable en su obra “Vintage”.
En 2020 expone, en la madrileña Pared Roja de La Fábrica, “Enthousiasmós”. Se da aquí una revisión de la temática clásica, derivada de una estancia de la artista en Atenas donde la recreación de ídolos femeninos del mundo grecolatino se muestran envueltos en materiales contemporáneos alterando nuestra percepción del canon. La transparencia y el reflejo del brillo contrastan con la dureza del mármol o la escayola que podemos ver en obras como “Venus I”. Lo blando sobre lo duro, lo inconsistente sobre lo firme, lo efímero frente a lo que permanece. Juega también la artista con otras calidades como el peso de la tela que pende de unos bastidores o los globos de helio a través de los que la autora nos lanza palabras y símbolos clave –“Arte”, “Ego”, “Infinito”- en esta muestra que toma prestadas las reflexiones del ensayo “El entusiasmo”, de Remedios Zafra.
Con “Tiempo lento”, inaugurada en noviembre de 2020 en la galería La Catedral (Lugo), reúne una serie de obras realizadas en su mayor parte durante el confinamiento. Ahora la mirada de Lara Pintos se detiene en el espacio cotidiano destinados a desaparecer. El tiempo es aquí el tamiz a través del cual analiza diferentes ambientes, que traduce en lienzos llenos de nostalgia en obras como “Puntales” o Interior con palmera”.
Recientemente ha participado en la exposición «Un mundo que sofre baixo un manto de flores. Paisaxes interiores/ Paisaxes exteriores» celebrada en el Kiosco Alfonso/Palexco en A Coruña.
A lo largo de estos años Lara Pintos se ha ido convirtiendo en una artista de una gran proyección. Entre otros ha recibido el Primer Premio en el certamen Xuventude Crea. Su obra podemos encontrarla en colecciones que abarcan desde la Xunta de Galicia o la Galería Sargadelos de Ferrol hasta la Fundación Antonio Gala, la Universidad Complutense de Madrid o The Working Proof en Nueva York.
Lucía Carballeda Suárez. Bio MMM.
Lara Pintos. Web. Bio MMM.