Ana Barriga. El juego como fuente de expresión artística
Mariana Hormaechea MIRANDO A Ana Barriga
Madurez del hombre: significa haber reencontrado la seriedad que de niño se tenía al jugar,
Friedrich Nietzshe
La primera vez que vi una obra de Ana Barriga (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1984) fue en 2014 en Sevilla, en la Sala Kstelar 22 dentro del programa Iniciarte, concretamente en su exposición Panel de Control que junto a otros proyectos resultó ganador de dicha convocatoria. Tengo que decir que para su corta experiencia por aquel momento, me sorprendió la seriedad de su propuesta en relación a la investigación pictórica centrada en la pintura fragmentada y sus resultados. Esta exposición fue quizá para la artista el pistoletazo de salida de una trayectoria imparable que crece cada día, y que nos habla de su interés por hacer una revisión de la pintura figurativa a través de la imagen fotográfica. Aunque lo que más prevalecía en aquella exposición en Kstelar 22 era la pintura, su trabajo también alcanzaba otras disciplinas tridimensionales cercanas a la instalación o la intervención en el espacio con objetos cotidianos. Me llamó la atención la ilación que se establecía entre la pintura y el objeto tridimensional en la sala, y el vínculo entre su obra y lo lúdico.
Transcurrido un tiempo desde aquella exposición, a día de hoy, esta relación objeto-pintura y por otro lado la alusión al juego, siguen siendo pilares fundamentales en su obra.
Podríamos decir que Ana Barriga es heredera del trabajo de andaluces como María José Gallardo, Gloria Martín, Rubén Guerrero, Federico Guzmán, Miki Leal, José Miguel Pereñíguez y de otros como Carmen Calvo, Jacobo Castellano, Luis Gordillo, Curro González, Patricio Cabrera, Chantal Joffe, Gerónimo Elesped y Manfred Pernice , y que habiendo bebido de su pintura, en la actualidad, aunque con una trayectoria no muy larga la artista sorprende por su talento para dominar el espacio y el color.
En febrero de 2015, en la semana de las ferias y del arte de Madrid, pudo verse obra de Ana Barriga en Casa Leibniz en el palacio de Santa Bárbara. Este proyecto que reúne a artistas y jóvenes galerías y que se consolida poco a poco, mostró de la mano de la galería Espai Tactel varios lienzos de la artista bajo el título Hablemos de mañana (2015), con los que investiga sobre las interrelaciones entre el objeto y el espacio en el cual éste es representado.
Con este proyecto Ana Barriga vincula su pintura a objetos funcionales cotidianos, pero en este caso las imágenes tienen que ver con el mobiliario y los elementos que se pueden encontrar en el interior de un espacio expositivo.
En uno de los cuadros, en el que figura un jarrón azul, la artista juega con la representación del objeto mediante la pintura, al cual con su posición horizontal le da un tratamiento de paisaje. Barriga desafía a la representación de la realidad introduciendo el jarrón y sus flores azules en otro espacio que simula ser una vitrina transparente, con la que reta a la mente del espectador que inmediatamente relaciona la vitrina con un continente para albergar objetos pero que sin embargo en esta ocasión la artista los sustituye por un lienzo e introduce una pintura. Con todo esto, Ana Barriga muestra abiertamente la artificialidad de los elementos representados para reflexionar sobre éstos y su relación con el espacio.
En la obra de Barriga, como venimos apuntando a lo largo del texto, desde sus inicios se hace alusión constante a lo lúdico. Como consecuencia de ello podríamos decir que quizá la artista se sienta atraída, inconscientemente o no, por el carácter de alteridad del juego, ya que a pesar de que en su obra son usuales los objetos cotidianos, el juego no pertenece a la “vida real”, no es la vida corriente; el juego es otra cosa, el juego en sí crea un mundo propio paralelo donde existe otro espacio, otro tiempo, otro orden en donde al otro lado queda el curso habitual de la vida y su cotidianeidad. Nos referimos con esto a que es probable que Ana Barriga se deje absorber por el carácter envolvente del juego para desarrollar su creación artística en otro mundo, en el suyo propio.
En sus dos últimos proyectos expuestos, Cosas de cuerda (2015) y El hombre y la madera (2015), lo lúdico vuelve a ser el tema central, que no por recurrente resulta menos interesante. Cosas de Cuerda (2015) pudo verse en Art Santander y se compone de piezas bidimensionales y tridimensionales, que más que pintura y escultura podría definirse como una expansión de la pintura hacia otros espacios de representación. El proyecto se sitúa en una intersección multidisciplinar tratando de eliminar fronteras entre la pintura, la escultura, la instalación y la arquitectura, integrándose entre lo ilusorio, lo material, lo lúdico y lo social.
Con El hombre y la madera (2015), proyecto que exponía hace algunos meses en la galería sevillana Birimbao, la artista utiliza objetos de su entorno para la creación de imágenes reflexionando sobre el peso de lo ornamental y de su caducidad en nuestra cotidianidad. En esta ocasión Ana Barriga trata de realzar lo lúdico en la creación artística, lo que me hace recordar a Caillois y su libro Los juegos y los hombres: la máscara y el vértigo donde estructura la actividad lúdica en varias tipologías: la primera de ellas sería la competencia (Agon), en donde interviene la voluntad individual. Le sigue la decisión dejada al azar (Alea), la cual equivale a la renuncia a esa voluntad; La tercera sería el simulacro (Mimicry), que se refiere a la apariencia de otra realidad, y por último el vértigo (Llinx), en el que se trata de alcanzar un trance que anule la conciencia de realidad, destruyendo por un instante la estabilidad de la percepción. Quizá para la artistas lo lúdico en el proceso de creación se encuentre entre la suerte y el vértigo, ya que bajo el impulso parece crear un mundo paralelo en el que jugar con y a través de la creación artística, al margen del «mundo real». Ya Huizanga en su libro Homo ludens (1938) trataba la necesidad inexorable que tiene el hombre de jugar como vía de conocimiento y comprensión del entorno.
Ana Barriga, como decía al inicio de estas líneas, desarrolla una carrera artística ascendente que crece cada día formando parte sin duda del grupo de artistas emergentes de nuestro país que por su trabajo y seriedad sabemos que darán mucho que hablar.
Imágenes: © Ana Barriga | Web
Texto: Mariana Hormaechea | Web
Biografía
Ana Barriga Oliva (Jerez de la frontera, Cádiz, 1984)
Desde pequeña, la influencia de su padre resulto fundamental para que se interesara por la mecánica y construcción de los objetos, inquietud que la llevo a cursar estudios especializados en la escuela de arte de su ciudad y posteriormente en Sevilla, donde también cursó la Licenciatura de Bellas Artes en la especialidad de pintura, en la actualidad esta terminando el Máster de Arte, Idea y Producción.
Aunque sus motivaciones iniciales están relacionadas con la escultura y cuestiones tridimensionales vinculadas al espacio, poco a poco ha ido creciendo su inclinación por la pintura, una disciplina en sigue explorando e investigando sin abandonar los aspectos que conciernen a la superación de los limites del cuadro y su expansion en el entorno.
Además de obtener varios premios y accésits en distintos certámenes nacionales e internacionales, en 2011 participó como representante de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla en la 3ª edición de IKAS-ART, una muestra internacional de arte universitario celebrada en Bilbao. En 2012 fue seleccionada para la exposición QUE VIENEN LOS BÁRBAROS, colectiva de nuevos valores emergentes que pretendía ser representativa de la ultima generación de artistas sevillanos. En 2013 obtuvo la Beca Iniciarte, donde realizo su primera exposición individual a la que titulo PANEL DE CONTROL. PINTURA FRAGMENTADA. Proyecto expositivo en Sala Kastelar. La selección en Open Call de la Galería Luis Adelantado de Valencia (2014) le serviría para comenzar a trabajar con la galería valenciana Espai Tactel, con la que recientemente ha participado en proyectos como Arte Santander o Casa Leibniz (Madrid). Su primera exposición fuera de España (2015) fue SATURATION vino por parte del colectivo comisariado SCAN realizada en Londres que tenia como objetivo dar visibilidad al arte español. En este mismo año realizó su primera individual en una galería privada titulada EL HOMBRE Y LA MADERA (Birimbao, Sevilla) y también ha formado parte de Neighbour III en el CAC de Málaga. En la actualidad se encuentra preparando la beca de la térmica, con el proyecto titulado VIVA EL VINO que a finales de este mismo año se expondrá en China. En mayo participará en una colectiva en Las Naves (Valencia) y a final de este año tendrá su primera individual en Espai Tactel (Valencia).
1 Huizinga- Callois, Huizinga-Caillois: Variaciones sobre una visión antropológica del juego 1990, p.13.