martes, marzo 19, 2024

    Anamusma. Mater Amantísima, Mater Dolorosa. Una meiga en la matrix

    Bárbara Vidal MIRANDO a Anamusma

    “Teóricamente lo entiendo, pero en la práctica aún no puedo disolverme en 0 y 1 cuando la tradición cultural que me construye me negó un cuerpo físico del que aún no soy dueña… Estoy en ello. Voy tomando conciencia”.

    Artista multidisciplinar y buscadora de historias, Anamusma -alter ego de Ana Vázquez (Madrid 1972)- está especialmente interesada en el cuerpo biológico en interacción con el entorno cultural y en la construcción-deconstrucción de la identidad, en concreto, la identidad en base al género asignado. Sus estudios de Medicina y Psicología le han ayudado a enfocar sus proyectos en esta línea, pero son la sed de conocimiento y la huida de lo institucionalizado sus principales motores creativos. En sus piezas se habla de folklore popular, de tradiciones culturales y religiosas, de la familia y, en especial, de la madre, figura a través de la que investiga, una y otra vez, nuevas formas de construirse a sí misma.

    Materia

    Anamusma trabaja desde el objeto para acceder -sumergirse- en un nivel profundo de conocimiento del yo como entidad individual construida en el escenario de lo colectivo. El ejercicio es una especie de encarnamiento en la materia, un juego de embodyment o posesión del material para que “hable” de un tiempo y un espacio simbólicos. Telas, hilo, trozos de madera, papel higiénico, bolsitas de infusión usadas, libros, vestidos heredados, copas rotas, pelo, objetos encontrados… la materia se convierte en reliquia y se expresa a través de la manipulación y las acciones individuales y participativas de Ana. El objeto cobra nuevos sentidos, se reconstruye en otra cosa y se transmuta. Anamusma ha encontrado la clave de la matriz, el bastidor en el que materia, tiempo y espacio fluyen como una única energía indiferenciada.

    Los objetos usados y el cabello humano, cargados de historia, portadores de la esencia de cada persona, son el material preferido por la brujería para conectar el mundo espiritual y el material. Anamusma, la meiga en la matrix, usa estos materiales cotidianos, orgánicos e inorgánicos, para dialogar con la naturaleza humana, con la salvaje, con el espectador y consigo misma. Pero en sus piezas no hay esoterismo, hay investigación, hay algo de “disección cultural”, como si realizara una biopsia a un pedazo de tejido social y pudiera diagnosticar así ciertas enfermedades.
    ¿Cómo se conectan -sino es a través de la más exhaustiva búsqueda- las peladuras de plátano de Cubiertas de Piel con los derechos de la mujer? En una mesa redonda, cubierta con una gruesa capa de sal, parece gravitar un círculo mágico de 28 pequeños fanales llenos de cierta materia oscura. Lo que yo pensé que eran capullos o pupas de oruga resultaron ser peladuras de plátano sometidas a momificación. Bajo la costura, y enrolladas en su interior, las páginas del libro Vindicación de los derechos de la mujer (1792), escrito por la pensadora Mary Wollstonecraft, a la postre madre de Mary Shelley, autora de Frankenstein, revividora de monstruos por excelencia, amante de criaturas no vivas-no muertas.

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cubiertas de piel

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cubiertas de piel

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cubiertas de piel

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cubiertas de piel

    La serie es el resultado de la combinación de dos acciones realizadas durante un ciclo menstrual y registradas (meticulosamente) según el calendario lunar de la menstruación (de ahí el círculo). Las acciones consistieron en la ingesta diaria de un plátano y la lectura de varias páginas del texto de Wollstonecraft. La digestión simbólica del mensaje del libro se hace a través de la ingesta del plátano, y su conservación para generaciones futuras se hace a través de la curación con sal de los restos del ejercicio. Así, las peladuras momificadas conservan las palabras de la pensadora y se presentan dentro de copas de cristal invertidas por su similitud formal con la matriz femenina.

    Objeto e identidad de género son ingredientes que la asocian con el trabajo de artistas como Carmen Calvo o Elena del Rivero, y se vuelven a utilizar en una de sus piezas más recientes, Descarnadas (Disección con estilete, 2017. Cera de abeja, parafina, hilo, ganchos de acero). La instalación, diseñada para el programa Franqueados de la feria JustMad, se compone de varios stilletos de cera que imitan a la carne y que cuelgan como reses abiertas en el escaparate de una carnicería. Este tipo de zapato, de tacón afiladísimo, se ha asociado siempre en el cine, la literatura y la moda a la seducción femenina y al glamour pero ¿Hay que sufrir para sentirse bella y sexualmente atractiva para el otro? ¿Cómo se construiría el deseo de hombres y mujeres si respondemos “no“ a esta cuestión? El estilete es también el cuchillo afilado usado en las disecciones y, con este juego de palabras, conceptos y materiales asociados, Anamusma reflexiona sobre la construcción tradicional del rol femenino basado en valores de resignación y sufrimiento. Una pieza rotunda, incisiva y violentamente bella.

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Descarnadas

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Descarnadas

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    Descarnadas

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Descarnadas

    En Cepos para Lobos (2016) el tojo gallego o espinillo (arbusto espinoso cuyas hojas maduras se transforman en espinas de hasta 4 cm) es la materia en la que se encarna el miedo, concepto que Anamusma analiza e investiga en este proyecto. La artista se retiró a una granja familiar abandonada en Galicia y los propios vecinos ayudaron con sus advertencias a crear el ambiente adecuado para trabajar sobre el miedo: “Qué haces allí soliña…. mira que va a venir un desaprensivo…», le decían cada día. La instalación, consistente en la recreación de un bosque lleno de vulvas fabricadas con tojo (vulvas dentadas que participan de fantasías y cuentos populares que presentan el sexo femenino como una bestia amenazante y que se ha recuperado más tarde en el cine gore con películas como Teeth (Vagina Dentata, 2007) del director Mitchell Lichtensteinen) que plantea una experiencia para reflexionar sobre el miedo y la agresividad reactiva como pilar de construcción de las relaciones tradicionales de poder entre hombres y mujeres (hombre lobo y mujer tojo), valores transmitidos de generación en generación a través de la cultura popular.

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cepo para lobos

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cepo para lobos

    Madre y memoria

    “La costura es una escritura” -creo oír a Ana decir ahora mismo- “Nuestras madres, nuestras abuelas, escribieron sus historias de este modo”. Y, como las tejedoras del Atlas homenajeadas una y otra vez por la artista Teresa Lanceta, registraron su historia y su memoria en telares y tapices, en velos de novia, en colchas, bordados y puntillas, en nido de abeja y vestidos de comunión. Anamusma recoge esta tradición en su serie De madres a hijas, compuesta por piezas diferentes como Cosieron las palabras a mi garganta (impresiones digitales sobre tela que montadas con cintas de pino evocan los tradicionales bastidores de bordar a los que se añade un electrocardiograma de la artista bordado sobre tela) o Corazas (estructuras de cuerpos creadas en hilo tras la experiencia personal de la lesión de una cuerda vocal y su consecuente mudez que reflexionan sobre el silencio histórico de la mujer, cuerpo incompleto, y la costura como un código de comunicación alternativo a la palabra negada por la tradición).

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Cosieron las palabras a mi garganta

    Como la araña-madre de Louise Bourgeois, la Madre para Anamusma es mater amantísima y mater dolorosa a la vez, y a ella está dedicada la pieza Mutagénesis Dirigida, pieza en proceso continuo ya que se trata de la intervención progresiva con pelo caído de la Hija sobre el vestido de novia de la Madre. Como si de un proceso de Ingenieria Genética se tratara, la Hija cose pacientemente uno a uno el pelo que cada día se desprende de su cabeza. Cada pelo contiene ADN mitocondrial, información biológica transmitida exclusivamente por vía materna y a través del cosido, interactúan la herencia cultural (vestido) con la biológica (pelo) y se da forma a este particular Frankenstein, muy lejos de los cánones estéticos establecidos. Para Anamusma, el hecho de dar un tratamiento científico a un elemento lleno de carga religiosa pretende descargar de culpa la acción de transformación de la herencia tradicional recibida.

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Mutagénesis Dirigida

    En estos momentos, la artista trabaja en el proyecto participativo Mi Kasita de Papel, un encuentro para tejer con croché una camisa de fuerzas hecha con papel higiénico (material doméstico y vulnerable) que luego se pondrán y tendrán la opción de romperla y liberarse de ella. Está dirigido preferentemente a mujeres entre 50-100 años, aquellas a las que la tradición no les dio elección y han vivido resignadas a un destino preescrito “Que felices seremos los dos, Y que dulces los besos serán. Pasaremos la noche en la luna, Viviendo en mi casita de papel…” cantaba Jorge Sepúlveda – … que ahora pueden romper. El proyecto combina taller encuentro para tejer el chaleco y luego la catarsis de romperlo y finalmente reconstruir algo diferente con los restos de la destrucción del chaleco.

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Mi Kasita de Papel

    © Anamusma | Bárbara Vidal | Mujeres Mirando Mujeres | MMM17

    Mi Kasita de Papel

    Construcción, destrucción, reconstrucción, Anamusma se teje, se recose, se ata, se lima, se borda, se huele, se mancha. Anamusma se persigue hacia adentro, se da la vuelta y se descarna. Y, de entre lo oscuro del bosque interior, Ana trae un objeto -un Aleph- una brújula luminosa que muestra una forma nueva de entender el mundo… y enfrentarse a él.

    © Anamusma | Web
    Bárbara Vidal Munera | Web

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