viernes, abril 26, 2024

    JULIA MARTÍNEZ. «Simona».

    Simona.

    60 x 90 cm.

    Fotografía digital.

    Simona.
    No sabe leer ni escribir. Nunca fue escolarizada.
    72 años.
    Gitana.
    Casada con un payo.
    11 hijos.
    Viuda a los 47 años.
    Jornalera.
    Diabetes. Diálisis.
    Una hija, dos yernos y un nieto con Covid-19.

    La definición de resilencia viene dada cómo la capacidad de afrontar la adversidad, en neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen   mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión.

    La palabra arruga aparece definida cómo señal semejante a una raya muy fina que se forma en la piel al envejecer.

    Las arrugas que aparecen en la frente como líneas horizontales que van casi de lado a lado son el reflejo de las preocupaciones del día a día, es decir, tienen un origen emocional.

    Bajo estas premisas llego a Simona, un ejemplo claro de mujer resiliente e invisible.Por su origen étnico y genético tuvo que hacer gala de esa resiliencia muy pronto; decidió casarse con una persona diferente a la que en su etnia se considera la adecuada, enviudó y sacó adelante en absoluto silencio y trabajando de sol a sol a sus 11 hijos.

    Socialmente nos imponen que las arrugas son signos de vejez y ausencia de belleza. Con sólo poner en un buscador de google la palabra arruga te asaltan millones de resultados para conseguir eliminarlas, pero ¿porqué queremos borrar un signo vital de nuestra resiliencia?

    Simona tiene su historia grabada en la piel, cada surco es un recordatorio de vida, es un recordatorio de esa resiliencia activa de la que ella seguramente no sea siquiera consciente.

    Julia Martínez

     

    «Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma»
    Simone de Beauvoir

    En la sociedad actual existen numerosas reglas no escritas impuestas a las mujeres, una de tantas es la exigencia de seguir unos cánones de belleza imposibles, en los que la perfección prima y en los que las arrugas deben ser eliminadas.

    En Simona, Julia Martínez reivindica las historias marcadas en la piel, los surcos que reflejan las difíciles situaciones por las que las mujeres han pasado y que son un recordatorio de todo lo que han superado en la vida.

    Si ser mujer es sinónimo de lucha, ser mujer y gitana lo es doblemente, 

    la historia que oculta Simona es la de una señora gitana de 72 años, sin estudios, que rompió las normas de su comunidad para casarse con un payo.

    Si vivir soportando los prejuicios sociales diariamente no fuera suficiente, pronto debe exhibir de nuevo su resiliencia al enviudar con menos de 50 años, y quedar al cargo de 11 hijos, que saca adelante trabajando de jornalera. Sin conocer el desfallecimiento, durante esta crisis sanitaria ha tenido que acudir a realizarse diálisis, sola y preocupada por sus familiares enfermos.

    Simona es un ejemplo de superación, igual que muchas mujeres que han resistido, en silencio, durante toda su vida. Va por ellas.

    Sara Torres Sifón

    Julia Martínez fue presentada en la VI edición por Sara Torres Sifón

    LEER

     

    Julia Martínez (1981) fotógrafa, video creadora y escritora madrileña, comenzó con apenas 19 años a exponer sus primeros trabajos fotográficos. Se diplomó en C.A.T.A (Madrid) tanto en fotografía como en Iluminación. Sus trabajos fueron evolucionando y experimentó en el campo de la moda editorial publicando en revistas como D+ Magazine, Vogue Londres, etc.

    Sus imágenes se han podido ver en diversos medios y publicaciones de España, Inglaterra y México, ya en 2008 formó parte de la exposición “Espejos del Alma “muestra del retrato fotográfico en la España de nuestros día compartiendo muestra con fotógrafos de la talla como Alberto García Alix, Colita, etc. entre otros.

     En 2013 se une al artista Omar Jerez y su trabajo se centra exclusivamente en el arte de acción , la fotografía de autor y el videoart; Trabajos como” il Corriere della Camorra” (2015) en el epicentro de la Mafia napolitana, “Armas de destrucción pasiva” (2015) realizada en

    Ciudad Juárez frente a asesinos de mujeres o “Happy Happy Kim Jong–Meal” en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur , son una pequeña muestra .

    Volvió a retomar como disciplina principal la fotografía mediante un ensayo sobre la intimidad y la posibilidad de traspasar las barreras del género, esta serie fotográfica “Skin”, forma parte del #volumen2 de Vandals (PS1 MOMA New York, Galería Gagossian, La Central del Reina Sofía) publicación bajo la dirección de arte y diseño de Neville Brody.

    El arte de acción ha marcado profundamente su visión fotográfica, alejándose de lo Macro y centralizando toda la estética de sus trabajos bajo la premisa de realidad relativa o verdad subjetiva.
    El ser humano, la fealdad como belleza, la muerte y la no ortodoxia rigen su obra.

    Julia Martínez, en primera persona.

    Os dejamos un pequeño extracto de la entrevista que Julia Martínez concedió la comisaria, crítica de arte y editora de PAC, Sara Torres Sifón para su presentación en la VI edición online de Mujeres Mirando Mujeres.

    Omar y yo llevamos trabajando desde 2013 y nunca usábamos mi nombre. Entendimos que Omar Jerez era una marca y así la usábamos. Pero, ¿Qué pasó? Que se asoció que como yo era mujer yo era la secretaria de Omar Jerez y comenzamos a tener problemas serios que llegaban a la falta de respeto en ferias, en conferencias a las que nos invitaban y donde a mí no me ponían silla…

    Al principio yo no tenía necesidad de que saliera mi nombre, y que empezase a salir fue una imposición de Omar al ver a los niveles a los que se estaba llegando.

    Al ser mujer tengo que demostrar más, tengo que hacer más, si decides que no quieres publicar tu nombre lo tienes que hacer por fuerza porque si no la gente te va a faltar al respeto, como eres mujer van a minusvalorar tu trabajo y menospreciarte.

    A ser escritora llegué por accidente, el libro “Susanita no perdió su ratón” comenzó como algo personal para mi pareja, escribiendo sobre algo de lo que no puedes hablar abiertamente, encontré en la escritura un modo de canalizar lo que estaba sintiendo y termino convirtiéndose en un libro….

    Ha sido una experiencia muy bonita, al principio me daba miedo porque era algo tremendamente personal, la gente puede ver lo que hago en mi vida personal. El libro se completa con una parte de fotografía muy significativa.