Mariela A. Porras-Chaverri: artivismo desde el binomio arte-ciencia.
TATIANA MUÑOZ BRENES mirando a MARIELA A. PORRAS-CHAVERRI
El entusiasmo de Mariela lo conocí en una residencia artística sobre coleccionismo de artesanía y arte popular, sin duda uno de los lugares más improbables para conocer a una doctora en Física Médica con una carrera académica intimidante. Atraída por su elocuencia, inicié un acompañamiento curatorial de su obra y me encontré con la sorpresa de conocer a una mujer introspectiva y analítica, sensible y racional.
Era 2020 cuando yo aún pensaba que el discutido binomio arte-ciencia estaba fuera de los límites de mis intereses artivistas [1], hasta que aprendí con Mariela que el tema me concernía y me atravesaba como cuerpo feminizado [2]. Juntas hicimos la exposición “Mamografías de una mujer que no existe” en 2022, donde por primera vez, en una exposición individual, Mariela socializó su creatividad y su facilidad para pasar de un registro al otro: de los datos a la estética, de la cuantificación a la intuición, de los gráficos a los vestidos, de los números a la visualidad y de la ciencia más dura al arte más conceptual.
Un vistazo macro permite contextualizar el impacto social de la obra de Mariela. En 2019, la tasa mundial promedio de investigadoras era de sólo 29,3%, únicamente el 3% de los Premios Nobel en ciencias había sido otorgado a mujeres, sólo el 35% del estudiantado de carreras STEM [3] eran mujeres y las mujeres investigadoras aún se encuentran subrepresentadas en los niveles más altos de las carreras profesionales científicas [4]. A esto se suma la violencia estructural que ello representa en la brecha salarial, la reproducción de estereotipos y la falta de visibilidad de antecedentes femeninos en la Historia de la Ciencia oficial y mayúscula.
Mi lugar como comisaria feminista se hace ahora más obvio, y más allá de las estadísticas y la necesidad de atender el tema, me comprometí a acompañar los procesos de producción artística de Mariela con un elemento afectivo de por medio. Con una escucha activa heredada de mi formación en psicoanálisis, he podido ser movida por esos sentires que la ciencia hace resonar en su vivencia como mujer. Mariela es sutil pero temeraria al enfrentar a un discurso del que poco se duda, pero que de neutral no tiene nada cuando notamos el origen patriarcal de la estructura de poder de la ciencia.
El método de acompañamiento curatorial que le propuse me permitió comprender que la creatividad de Mariela se enlazaba con su capacidad introspectiva permanente y con su profundidad analítica, que demuestra que todos sus títulos académicos no son decoración. Miro a Mariela y ella se mira hacia adentro con facilidad, y su forma de ser -bienhumorada y comunicativa- le permite atender a través del arte aquello que no puede gritar.
Aprendí que es urgente la reflexión crítica alrededor de dos lugares desde los que una mujer se relaciona con el discurso científico:
– como científica: posición desde la cual no hay posibilidad de generar conocimiento desde lo subjetivo,
– como corporalidad-objeto de investigación: a partir de métodos y modelos creados y desarrollados históricamente en su mayoría por hombres.
En el primer caso, la científica denuncia la rigidez con que el discurso científico cierra la posibilidad de generar un conocimiento que contemple lo que resuena dentro de quien hace la ciencia. Es decir, lo subjetivo se reduce a datos por codificar, ignorando lo que hay detrás de las cámaras de esta ciencia que está siendo generada por esta persona. Es así como, con ironía, Mariela aplica lo lúdico y resemantiza los objetos con los que hace ciencia, haciéndolos obras de arte. Nos está proponiendo un registro novedoso al incluir todo ese resto al que el discurso científico típico le da la espalda, lo cual obliga a una apertura de las metodologías tradicionales de creación de conocimiento. Llevar la biografía, las emociones, las molestias y las frustraciones a la disciplina(da) Física, es un acto de resistencia.
En palabras de la artista: “las experiencias, las dinámicas sociales, el entorno cultural, los sentimientos de las personas participantes, sus recuerdos, sus corporalidades, quedan fuera del conocimiento que se codifica en los artículos científicos y de las diversas dinámicas de poder que mueven la ciencia”.
Este proceso le permite a la científica-artista reapropiarse del control de las emociones cargadas sobre su investigación. Tal fue el caso de su obra de performance Defensa ante la tesis doctoral, donde ante una audiencia Mariela desplegó un monólogo sobre su vida en la academia y el impacto de la misma en su vida personal. Interactuando con su tesis desde la corporalidad, su estremecedora historia causó lágrimas y conmoción en una sala llena de público espectador.
Ahora bien, la relación de la mujer con la ciencia como cuerpo-objeto de investigación, Mariela la cuestiona a través de acuarelas que simulan mamas. El azar del viento y la sal sobre el agua hace que cada pieza tome sus formas particulares, sus rumbos inciertos, similares a la singularidad de nuestros cuerpos feminizados que la investigación en mamografía homogeniza con sus modelos de medición.
Esta rebelión sutil a la academia, es una forma de poner a dialogar al arte con la ciencia de una manera en la que no encuentro precedentes. La obra de Mariela es síntoma, pero también sublimación, de un entorno científico y académico raramente feminista o amigable con la diversidad. Pero aún entre modelos patriarcales de censura, la artista logra denunciar las frustraciones de su lugar como mujer científica que piensa y siente, pero que también habla por todas como cuerpos-objetos de estudio, al denunciar la disonancia entre los cuerpos que producen la ciencia y los cuerpos que la reciben.
Mariela me invita a mirar a donde asustan. A un entorno que me incomoda porque debo ser sutil y es un epíteto que no se me da. Agradezco esta incomodidad, gracias a la cual expando mi compromiso ético y político hacia nuevas ramas del saber que estaban fuera de mi interés inmediato. Puedo resumir mi aprendizaje reconociendo que el peso emocional de ser una mujer científica dentro del saber hegemónico patriarcal, es el origen de esta obra artística cuya estética y concepto, los registros de datos numéricos no pueden comprender.
NOTAS:
[1] Intereses desde los cuales se escribe este texto, el cual refleja únicamente mi posición personal como mujer comisaria que mira a la artista.[2] Es un tema que afecta directamente a las mujeres cisgénero, a los hombres trans y a personas no binarias con cuerpo biológico de hembra. Asimismo, el asunto no afecta a todas las mujeres, siendo el tema de la mujer trans en la ciencia un tópico urgente de abordar en el medio artístico y en los círculos feministas.
[3] Science, Technology, Engineering, and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
[4] ONU Mujeres. (2020). Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe. https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Documentos/Publicaciones/2020/09/Mujeres%20en%20STEM%20ONU%20Mujeres%20Unesco%20SP32922.pdf
Tatiana Muñoz Brenes. Bio MMM. Web.
Mariela A. Porras-Chaverri. Bio MMM. Web.