Puri Díaz, recuperación icónica de la memoria.

SARA PÉREZ-BELLO mirando a PURI DÍAZ

“Mi padre Antonio, era una persona inquieta, curiosa y con muchas y muy variadas aficiones entre la que se encontraba la fotografía (…) No recuerdo la edad, pero imagino que tendría tres años cuando fui consciente de la magia que se producía en aquel habitáculo tintado de rojo en el que mi padre sumergía hojas de papel en blanco en una cubeta en las que se iban desvelando siluetas de personas y paisajes conocidos (…) Era yo encontrándome con la imagen de mi misma (…) Él solo sonreía mientras hacía visible lo invisible.”

El padre de Puri Díaz, falleció una mañana de noviembre dejando en ella una impronta, un vestigio para su futuro… una carta que su madre atesoraría hasta que la “niña” cumpliese su mayoría de edad. “Con dieciocho años recibí como regalo de cumpleaños una carta, el equipo fotográfico y el archivo de mi padre Antonio”. Las experiencias vividas con sus progenitores en sus primeros años de vida, la han marcado profundamente. Desde la marcha de su padre, su madre Puri se transformó en su matria… Mujer empoderada, fuerte, sin flaquezas, pilar de apoyo…, hábil en la transmisión y consolidación de valores respetando siempre la libertad individual y los espacios propios.

Su memoria se ha convertido en una herramienta vital para su desarrollo personal así como para la ejecución de su trabajo creativo. Con un enfoque transdisciplinario, Puri Díaz trata de romper fronteras para lograr adentrarse en la memoria explícita e implícita, que de forma intencional y consciente consigue referenciar.

“Mi trabajo gira en torno a la idea de (recuperación de) memoria. Recuperar para no olvidar. Para prolongar en el espacio la idea de identidad, pertenencia a un “clan” en una búsqueda constante de respuestas a las preguntas que los nuevos miembros del mismo no se cansan de realizar.”

Con 39 años Puri Díaz fue madre. Su hijo es una parte fundamental en su proceso creativo. Suele participar con sus dibujos y textos cuando no con su imagen como figura central de la creación o como complemento de la misma. Componiendo nuevas imágenes a modo de collage, consigue establecer así un diálogo en el que se van desvelando el resto de los personajes que componen la totalidad de la obra. Utiliza la imagen, ya sea fotográfica o gráfica como un modo de expresión que le permite realizar lo que ella quiere, piensa y siente con el fin de desafiar el ojo crítico del espectador dándole un valor artístico y estético.

Siempre fiel a sí misma, Puri es una artista de espíritu inquieto y libre, una mujer implacable llena de “retranca” y sentido del humor, dentro de un marco reflexivo y filosófico juega con la crítica y la ironía. Sus creaciones, de forma intencionada se alejan de los cánones académicos. Construye ficciones con un lenguaje visual y conceptual muy conciso, imágenes que funcionan como mapas en las que las diferentes capas se van superponiendo. Territorios en los que te adentras para (re)descubrir personajes que resultan familiares y que además cuentan una historia, una historia universal dentro de un contexto, a veces, incómodo y un tanto surreal.

Otra de las aficiones de su padre Antonio era la taxidermia, el recuerdo de esas tardes dio lugar a una serie realizada durante los meses de confinamiento en los que el miedo y la incertidumbre reinaban en la sociedad. “Una serie que aborda el horror y el terror transmitido por los medios de comunicación, acabó desarrollando una serie de imágenes en las que todos esos miedos se ven plasmados. Miedos de otros que todos hicimos nuestros. Imágenes que nos recuerdan lo vivido.”

En busca del carácter identitario de una sociedad quebrada emocionalmente, Puri utiliza el medio circundante para investigar y analizar los trinomios miedos-temores-monstruos y familia-sociedad-transcendencia. En su rigor analítico, su autonomía creativa y su búsqueda de libertades personales subyace una crítica constructiva e irónica a la sociedad actual. Consciente de que su propio yo sostiene un mundo interior recreado en la recuperación icónica de la memoria.

Puri Díaz trabaja a partir de fotografías propias o apropiadas, de archivos y de fotografías de carácter vernacular. Su construcción plástica la lleva a tejer en el plano diversos ejes de transformación para crear un objeto diferente cambiando el trazado, el color, la textura, la dirección… Consigue desarrollar un lenguaje específico con una formula cada vez más personal a través de la descontextualización, la capacidad para la organización de los elementos que componen la imagen en el plano de representación, la intencionalidad, la capacidad de hacer visible lo invisible así como la búsqueda de la belleza. Utiliza la composición digital modelando la imagen como si fuera un simulacro abstracto y así dejar patente los cambios sistémicos a los que quiere llegar.

Nada como una imagen para transmitir emociones, si además esa imagen es única, será más sencillo que perdure en el tiempo y como consecuencia que llegue a la mente del espectador el lirismo y la iconografía precisa de la representación.

“Habitamos un espacio/mundo cada vez más efímero. Las imágenes no viven más allá de un “like”, la fotografía ha dejado de ejercer de adalid de la memoria para convertirse en testigo mudo de lo que está ocurriendo en este preciso instante. La figura del fotógrafo/espectador ha mutado, ahora todos somos fotógrafos/espectadores de nosotros mismos. Comparto la idea de Sartre de que somos en la medida en que somos vistos. Trabajo para preservar mi/nuestra memoria como elemento identitario. Al final hago mía la frase de Milan Kundera cuando dijo: «La memoria no guarda películas, guarda fotografías» solo que yo en lugar de hacerlas las (re)construyo.”

Sara Pérez-Bello. Web. Bio MMM.
Puri Díaz. Web. Bio MMM.

Otras publicaciones de Sara Pérez-Bello en MMM: Ruth Lodeiro. Rebeca Lar. María X. Fernández.