jueves, marzo 28, 2024

    ROCÍO BUENO. «Legado resiliente»

    Legado resiliente.

    Vídeo: 2 min. 29 seg.

    Fotografías: 80 cm x 80 cm; 50 cm x 50 cm

    Vídeo y fotografía digital intervenida.

    2020

     

    Las obras hablan del legado de la maternidad, de cómo a través de las generaciones, las mujeres vamos incorporando los avances conseguidos por nuestras madres, tías y abuelas, en la lucha por alzar la voz, por ser escuchadas por expresarnos con libertad, en la búsqueda del equilibrio entre ser madre y seguir siendo una mujer con identidad. Concretamente quiero hablar de cómo las mujeres vamos poco a poco quitándonos la máscara de «buena madre», que tanto pesa, impuesta por el patriarcado durante décadas.

    Es un homenaje a nuestras madres a través de su legado, porque ellas siguen activas a través de los actos de sus hijas, sobrinas y nietas, en una cadena que atraviesa los tiempos y que seguirá avanzando. Las mujeres retratadas en las obras, son el legado imborrable de mujeres que han superaron muchas barreras y gracias a ellas hoy sus hijas, sobrinas y nietas, fortalecidas, siguen luchando y afrontando la adversidad y pueden hablar sin tapujos de lo que significa ser madre en una sociedad a la que le queda mucho por avanzar en igualdad real.

    Rocío Bueno

    La resiliencia nos vuelve agua, aire, viento y fuego. Nos recuerda que somos materia moldeable, seres de barro creados por un antojo de los dioses.

    La resiliencia nos permite resistir el daño infringido, ser grandes supervivientes de batallas, holocaustos o confinamientos. Theodor Adorno sostuvo que “escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie” pero por amor a la civilización volvimos a escribir poemas.

    Cuando fuimos expulsadas del paraíso se nos condenó a ganar el pan con el sudor de la frente y a parir nuestros hijos con dolor, y hemos resistido.

    Ha habido largos períodos de sumisión e ignorancia, se nos llegó a arrebatar el alma, se nos confinó en el espacio doméstico y se nos otorgó como única misión la reproducción de la especie.

    Pero hemos mantenido la capacidad que tiene la materia de volver a su ser cuando cesa la perturbación que agrede el estado natural.

    Hay momentos en los que poseemos dos corazones latiendo que forman una cadena de vida, ese latido es el eco de Legado resiliente de Rocío Bueno. Mujeres desnudas en una pantalla fragmentada, unidas por el latido que atraviesa el tiempo de las cuevas, de las catedrales hasta seguir latiendo en nuestros hogares.

    Las palabras van apareciendo y cubriendo los cuerpos se clavan como puñales. Culpa, miedo, sufrimiento, sacrificio, rabia, herencia… vivimos tiempos que nos recuerdan que ninguna partida puede darse por ganada y que el retorno a otro estado de la materia es una amenaza real.

    La resiliencia siempre nos permitirá regresar a la vida y al latido.

    Carmen Dalmau

    Rocío Bueno fue presentada en la VI edición por Carmen Dalmau

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    Biografía

    Creadora visual, fotógrafa y economista. Hace 8 años la fotografía se instala en mi vida y me transforma. Desde 2015 como fotógrafa realizo trabajos en el ámbito de la empresa, del retrato e imparto talleres de fotografía y lenguaje visual para niños, adolescentes y adultos en centros educativos.

    En mis proyectos personales me interesa la conexión de la fotografía con otras artes visuales y su retroalimentación. Uso la fotografía como forma de representación y expresión y comunicación.

    Los temas que abordo versan sobre la mujer y su construcción como individuo, sus emociones, miedos y condicionantes, los vínculos, la herencia familiar, la maternidad, la fragilidad de la memoria y su relación con lo heredado culturalmente. Trato de resignificar lo no visible y de construir a partir del fragmento.

    También me interesa explorar las limitaciones del propio medio fotográfico en su intento
    de representar, atestiguar, expresar y construir memoria.

    Web

    Rocío Bueno, en tercera persona.

    Os dejamos un pequeño extracto de la presentación que de Rocío Bueno llevó a cabo la historiadora del arte y directora de la sala EFTI, Carmen Dalmau, para su presentación en MMM.

    Existe una antigua leyenda japonesa que enlaza con un hilo rojo invisible, que arranca del corazón -la arteria Ulnar- y que une por el meñique a todos aquellos seres destinados a conocerse en algún cruce accidental de los pliegues de su camino vital. 

    Se establece una línea de continuidad, en la que copiamos modelos maternos, la mayor parte de las veces de un modo inconsciente, poniendo en marcha engranajes donde se enredan lo aprendido, el instinto, la herencia o la memoria.

    En sus obras, Rocío Bueno busca entender los mecanismos ocultos que se desencadenan cuando desplazamos nuestras emociones de hijas a nuestras hijas, en el empeño de ser madres, uniendo meñique con meñique.

    A veces, si estamos dominadas por los cuatro elementos ancestrales, cuando nos convertimos en madres nos sentimos vinculadas a la atmósfera, a la materia primigenia, sentimos que participamos de un magma húmedo, una materia moldeable y en los ritos de fertilidad de civilizaciones arcanas.

    Pero también intuimos que lo más importante para ser madre no sean los ritos de fertilidad, si no la voluntad de serlo. Y también que seguimos patrones heredados, cultural y socialmente construidos.