Lorena Wolffer (México, 1971) es una creadora y activista cultural reconocida por su enfoque en cuestiones de género y su lucha por visibilizar los derechos de las mujeres a través del arte. A lo largo de su trayectoria, ha empleado el arte como una herramienta de denuncia y reflexión sobre la violencia de género, los estereotipos impuestos a las mujeres y los prejuicios que perpetúan la desigualdad. Su obra destaca por su capacidad para generar conciencia social y articular problemáticas relacionadas con la realidad de las mujeres.
Su incursión en el ámbito artístico comenzó a principios de los años noventa, una época en la que el performance empezaba a ganar legitimidad dentro de las instituciones culturales en México. Desde entonces, Wolffer ha impulsado tanto su práctica artística como la promoción cultural, organizando eventos y exposiciones centrados en el arte experimental.
Además, la artista ha desempeñado un papel importante como educadora, impartiendo talleres, cursos y diplomados en instituciones como el Centro Cultural de España, el Centro Nacional de las Artes, «La Esmeralda» y la Universidad del Claustro de Sor Juana. También ha participado como conferencista tanto en foros nacionales como internacionales y ha publicado textos en revistas, periódicos y libros. Wolffer ha extendido su influencia al dirigir programas de radio y televisión, como Caja negra.
Su obra ha sido exhibida en múltiples países, incluyendo México, Afganistán, Argentina, Brasil, Canadá, China, Eslovaquia, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Hungría, Reino Unido y República Checa. Su enfoque innovador radica en conectar el activismo con el arte, empleando el género como un eje central para cuestionar construcciones sociales y abogar por la equidad. Además, sus proyectos han abarcado espacios diversos, desde museos y espacios públicos hasta medios de comunicación.
El arte de Wolffer se centra en visibilizar las vivencias cotidianas de mujeres que enfrentan violencia física, psicológica y social, así como en criticar los roles tradicionales y las barreras que enfrentan en entornos laborales. A partir de experiencias personales y privadas, logra trasladar estas problemáticas al ámbito público para invitar a la reflexión y el cambio social. Su obra representa una resistencia constante frente al machismo estructural y un llamado a transformar las dinámicas de poder desde el arte.