La obra de Lisa Granada examina las actividades y objetos de la vida cotidiana, cuestionando su aparente banalidad y monotonía. A su vez investiga el concepto de límite, tanto a nivel individual como colectivo, examinando cómo las acciones íntimas pueden transformarse y compartirse en el espacio público. Su enfoque combina una estética minimalista y escultórica para crear obras que dialogan directamente con el espectador, motivándolo a pasar de la pasividad a la acción participativa.
En su búsqueda estética, Lisa Granada no se limita a crear objetos permanentes, sino que también incorpora elementos efímeros y participativos que desafían los requisitos materiales de lo que entendemos por obra de arte. En este proceso, la interacción entre su propio cuerpo y el del espectador juega un papel crucial, diluyendo las fronteras entre la acción de la artista y la participación activa del público. Esta simbiosis genera una dinámica en la que el espectador se convierte en coautor de la obra.
Asimismo, Lisa Granada reflexiona sobre cómo nuestras prácticas cotidianas, moldeadas por contextos sociales y culturales, son espacios fértiles para repensar las nociones de límite y frontera. Estas ideas no se asumen como naturales o fijas, sino como constructos que pueden cuestionarse y transformarse. De este modo, invita a una reflexión crítica sobre la cotidianidad y su potencial para reconfigurar nuestra percepción del espacio personal y colectivo.
Lisa Granada trasciende la tradicional búsqueda de lo estético para abordar cuestiones sociales y culturales, proponiendo una experiencia artística participativa y reflexiva que desafía las nociones establecidas de límite y monotonía en la vida diaria.