Pamen Pereira. Instantes congelados. Historias esperando acontecer
Paula Cabaleiro MIRANDO A Pamen Pereira
Biografía
Pamen Pereira (1963, Ferrol-A Coruña) Su obra se ha presentado en galerías españolas y de diversos países como Galería Trinta (Santiago de Compostela), Galería Víctor Martín (Madrid), Galería Paral·lel 39 (Valencia), Galería Antonio de Barnola (Barcelona), Galería Rafael Ortiz (Sevilla ), Galería Altxerri (San Sebastián ), Galería Estudio Artizar (La Laguna, Tenerife), Recent Gallery (Sapporo, Japón), Barg Gallery (Teheran, Irán)…
También ha mostrado su trabajo en museos como el CGAC (Centro Galego de Arte Contemporánea), Museo de la Cultura de Galicia en Santiago de Compostela, Museo de Lugo, IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno),Museo Esteban Vicente de Segovia, MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante), Museo de Bellas Artes de Caracas en Venezuela, Museum Zu Allerheilligen Schaffhausen en Suiza, Palacio de la Ópera de El Cairo, Egipto…. Ha participado en bienales y ferias nacionales e internacionales como ARCO Madrid, Art Chicago, Colonia, Nagoya en Japón o Basel en Suiza entre otras. Su trabajo forma parte de numerosas colecciones públicas y privadas. Su obra está ampliamente catalogada desde 1989.
Entre sus múltiples exposiciones, podemos destacar la presente ” La mujer de piedra se levanta y baila” en MUSAC (León) y la reciente muestra multisede “En (re)torno á paisaxe” (Museo de Pontevedra e Iglesia de la USC de Santiago de Compostela, 2015) comisariada por Paula Cabaleiro.
Instantes congelados. Historias esperando acontecer
Pura sugerencia. Elementos suspendidos que recuperan el movimiento con sólo un abrir y cerrar de ojos. Nuestra mente se aviva y Pamen Pereira nos hace soñar
Sus instalaciones nos plantean pequeños desafíos a la gravedad, pequeños incidentes que detienen el tiempo y desatan nuestro imaginario. Historias anónimas que se concretan en nosotros mismos cuando las recorremos, las observamos. Las recordamos. Porque los relatos se tornan propios. Los objetos activan nuestra memoria a modo de artefactos, tratando de reproducir esa narratividad rota, inmóvil. Y sucede.
Pamen altera los planos y las normas de representación para construir un mundo onírico, un simulacro donde lo real y lo imaginado se funden y confunden para ocasionar semblanzas, sucesos y testimonios. El caos se ordena en una disposición armónica de elementos, una danza alquímica que llena de alma la materia. El cuento entonces, abre sus tapas y comienza a materializar sus líneas escritas.
Sus poemas-objeto resumen una suerte de materia, memoria, naturaleza e inspiración, que contienen relatos del alma, del interior de la propia artista. El viaje se torna punto de partida, para que las piezas sean pequeños cuadernos de bitácora, notas y archivos vivenciales. Un viaje físico en el que Pamen Pereira llega a lugares inhóspitos y fascinantes, desde La Antártida a Japón, pasando por las montañas del Himalaya, un viaje que atraviesa fronteras cultural e históricamente opuestas, derivando en un tránsito hacia el interior de uno mismo.
Obras como «Lecho de piedra» o «Nómadas» sugieren una indagación personal hacia el espíritu, desde la contemplación y la meditación, para hallar el orden de los elementos del mundo. Huesos, ramas y raíces son recolectados por la artista, que inspirándose en la propia naturaleza, ensambla, suspende, interviene o añade, para indagar en la representación de la energía interior. Y el budismo y la filosofía zen se presentan (y representan) en templos, casas y fortalezas que, suspendidos, ascienden hacia un estado superior, desarraigando sus «raíces» y derivando en un estado de energía y transformación.
Sus cartografías se vuelven emocionales cuando el humo impregna el «paisaje vivido» sobre los mapas y las cartas marinas, como en la serie de «Ice Blink». Un preludio de grasa y parafina se perfila como una suerte de montañas y desfiladeros, para ser testigo y atlas en «Himalaya para un niño». Mientras que en obras como «El mundo entero es medicina», las raíces avanzan sobre el pan de oro, se extienden a modo de pequeños capilares sanguíneos, aludiendo a la vida y a su avance ineludible. Y la tierra, el fuego, el aire y el agua únan sus fuerzas naturales para ser una única entidad. La unión, sin duda, es un punctum en la obra de Pamen Pereira.
Y las fuerzas naturales están latentes en toda su obra, de una forma sensorial, sonora, visual. «Tampoco el mar duerme» atrapa en una pecera un mar agitado, que ruje violencia y amenaza, al mismo tiempo que atrae al espectador, en un acto de inexorable seduccion. La tempestad sublime se congela en «W.Turner» donde se presiente el naufragio, en una tormenta contenida. La belleza del mar frente a su temeridad imponente, que nos atrae y nos sobrecoge a un mismo tiempo.
La belleza del agua y «El tiempo suspendindo» confluyen en una pieza delicada, evocadora, delicada, donde un frasco de un perfume delimita un espacio para la narratividad. Un fragmento que se desata en una gota de perfume. Un recuerdo que se activa en el aleteo de un pez, una historia que se origina en el vuelo de un pájaro.
Y precisamente el vuelo (del pájaro, de la mariposa) es un leitmotiv en su obra, que nos remiten a la libertad, al acto de ascender, de levitar, de transformar(se). Nos habla de espacios de tránsito, de metamorfosis. De llegar a ser.
Así mismo, nos invita a entrar en su espacio de metamorfosis, su espacio íntimo de creación, en sus bosquejos, notas e investigaciones. «Mesa de trabajo», «Gabinete de trabajo» y «Chaqueta de trabajo» aluden a un proceso, a una indagación, a una memoria y a la fugacidad del tiempo. La cera, la grasa y la parafina se integran en el mobiliario del hogar y del estudio para desatar el imaginario a través de las experiencias (de la artista) e inmiscuirnos en esos momentos especiales en los que germina la idea, en los que nace el acto creativo. De este modo, Pamen nos hace partícipes, presentándonos la escena de origen.
“Lo que se respira en la exposición es una energía vital. Yo me siento un alquimista de las emociones y utilizo la materia, la naturaleza para escuchar esta relación con la naturaleza y lo ritual”… decía Pamen en la apertura de su presente exposición en MUSAC.
Y creo que es la mejor frase que resume su quehacer: «la alquimia de las emociones». Porque la magia sucede cuando la obra activa nuestras emociones. Cuando nos hace sentir.
Imágenes: © Pamen Pereira | Web
Texto: Paula Cabaleiro | Web
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