Emma Fernández Granada. Arte y tecnología en perfecta simbiosis
Patricia Acal MIRANDO A Emma Fernández Granada
“Abordo mi discurso desde la figura femenina, por la empatía -pulsión estética- que me suscita, y por lo que de universal y arquetipo tiene. La mujer es cualitativamente curva, sugiere llena/o, abierta/o, dinámica/o, movimiento. Orienta la forma hacia la fluidez. Permite introducirla sensualidad del barroco y el misticismo literario del romanticismo en un mismo tándem (la imagen y su relación retórica con la palabra a través de los títulos y de los textos desarrollados para algunas piezas, es un elemento más del juego que he mantenido en gran parte de mi obra).
Se presta al gesto lúdico de vestir o desnudar, para descubrir la carnosa manifestación de lo humano bajo lo excesivo de su ropaje, que funciona en este caso como tabú por lo que prohíbe y esconde, provocando un incremento de valor en la narrativa.
Me permite, y lo va a seguir haciendo, jugar con las múltiples profundidades de sus volúmenes, entendidos como dimensiones que se ocultan o emergen en un plano ilusorio. Es la mirada, la mía o la ajena, la que arroja en estas formas significados concretos”.
Emma Fernández Granada
Emma Fernández analiza creativamente las posibilidades que incorpora la tecnología al panorama plástico actual, indagando en los nuevos recursos que los actuales modelos de producción artística aportan. Sincronía arte/tecnología, aparece como una constante en su obra desde la muestra “De la materia a la imagen”, presentada en el 2004 en el Auditorio de León, y auspiciada por la Fundación Vela Zanetti.
En proyectos expositivos posteriores , FUNDACIÓN MUSEO EVARISTO VALLE, / CAF, MUSA, Red de Museos Andaluces / Fundación Caixanova…, la investigación sobre los procesos tecno-expresivos de la gráfica contemporánea, dirige y configura su lenguaje plástico / visual, en el que confluyen dos marcadas líneas narrativas:
Por una parte, aluminios y lienzos de gran formato con superposiciones parciales de estampaciones directas y de colores disociados que dibujan escenarios / paisajes / arquitecturas del espacio:
“Curiosidad, indagación, líneas y formas que adquieren los rasgos y
los perfiles del mapa oculto. Esa cartografía extraña que sale a la luz sin mayor
destino que el trazo mostrado a cada instante…”
Fernando Rodríguez Lafuente.
«La Línea de lo Real»
Emma Fernández en la Fundación Vela Zanetti, Auditorio de León
Por otra, figuras o formas iconográficas, que retoman los contenidos y técnica de sus últimas exposiciones: la mujer como argumento estético enmarcada en el cuadro y acotada por sus propias exigencias formales, capturada en un espacio / tiempo interiorizado y dinamizada a través del detalle, en un acentuado juego de armonías rítmicas. En esta segunda serie se exploran las posibilidades de la tecnología aplicada a la imagen desde la plástica de la pintura, trasmitiendo al espectador una complejidad y riqueza visual, que el dominio de la herramienta informática por sí misma no puede ofrecer. El soporte así como la herramienta, adquieren de esta manera categoría pictórica. El uso que en esta serie hace de las gamas cromáticas terrosas, de la calidad de claro / oscuro o luminoso del color, hace eco de la tradición barroca de la pintura española.
Dos narrativas que comparten el mismo lenguaje de introspección -reflejo y vehículo de sus ideas-, en los que recta/curva, iconografía/abstracción, o geometría/gesto, se abrazan en un mismo tándem, en una idea de realidad viva de oposición y movimiento, y que se proyectan mediante contenidos de sensibilidad estética coincidente.
Desde esta diversidad narrativa, Emma Fernández Granada contempla e interpreta el “objeto / imaginario” femenino como estrategia discursiva, expresado «como forma» estética.
“Suelo pensar la figura femenina de forma teatral asumiendo roles, y trato de prestarle el alma a este objeto y encontrarme a mi misma en él, con la eficacia discursiva necesaria para la construcción de un imaginario propio. En última instancia pretendo que la obra hable por si misma sin necesidad de intelectualizar el proceso, porque creo que la clave de su fuerza se intuye y escapa a toda formulación. ¿Cómo se racionaliza un poema? No podría traducir la norma. Las imágenes las construyo y las percibo desde el interior, y la interpretación artística que hago del tema es inseparable de mi experiencia como sujeto femenino. En este punto me doy de cabeza con el concepto de “lo bello”, tan caído en desuso en las últimas décadas.
Es evidente que he pretendido eludir todo feísmo, y que no ha sido mi intención producir objetos de arte ambiguos, sino objetos que se dirigen principalmente a la percepción, a la contemplación estética, y que han sido producidos explorando las posibilidades de la imagen gráfica digital no como un sistema artístico alternativo, sino como una herramienta de generación y producción de imágenes que actúa como vehículo de hibridación y mestizaje de múltiples disciplinas referidas a parámetros invariables que han definido tradicionalmente las artes visuales, como son la composición, el ritmo, la forma, la mancha, el color o la textura”.
Emma Fernández Granada
Se alude a las categorías de lo femenino que actúan como opuestos, que fluctúan entre significados antagónicos: docilidad, inocencia, medida, dependencia / arrogancia, seducción, exceso, autosuficiencia.
EVA / LA PECATRIZZI: OPOSICIÓN / EQUIVALENCIA / AMBIGÜEDAD / EROS
La artista se plantea adjetivar estas condiciones (asceta, pacata, pulcra, domestica, monja…… / intensa, peligrosa, inquietante, insumisa, palatina, meretriz…..), “pintando” criaturas bien de vestimenta mistérica o con utillajes de pavesa real. Carmín, rojo cadmio, ocre oro amarillo, tierras volcánicas, pardos…, son colores usados para recrear deliberadamente su “atrezzo”, en un impulso lúdico infantil de vestir y desnudar. Recurso formal para la construcción simbólica de identidades, mediante de un proceso selectivo de arquetipos culturales.
Se contempla la obra desde la seducción estética que la propia imagen arroja. Las figuras se muestran ante el observador bajo una cierta apariencia de deleite y complacencia en sí mismas. La mujer como signo -fetiche-, o representación objetual potencialmente expresiva, recreada desde una serie de códigos alusivos al imaginario decorativo es capturada en una atmósfera barroca atemporal. La obra ilustra una reflexión sobre los patrones de identidad femenina construidos desde el subconsciente colectivo: la mujer como artículo estético sin fecha de caducidad, como objeto -artículo fetichista trasladado a lienzo- de coleccionista.
No hay pretensión de postura crítica al respecto, sino más bien de contemplación del hecho. Tampoco se pretende convertir los planteamientos teóricos en estéticos. Más bien se busca inducir placer estético en el espectador.
Se ha buscado investigar sobre los procesos tecno-expresivos de la gráfica contemporánea.
“Imaginé un amarillo impuro y un violeta pensel rastreando el primigenio erotismo que emana de sus vibraciones. Pensé en este efluvio de opuestos como registro olfativo de un carísimo perfume desatando endorfinas de dorados mordentados, de rojos fulgentes, de azafranes ensartados en sueños sin geometría, y atavié con ellos refajos sobre cadáveres exquisitos (le cadavre -exquis – boira – le vin -nouveau), femeninos / eróticos / emotivos / poéticos, ídolos robados reales o ilusorios, fetiches procesados para su transmutación en figuras de luz inútil, en mujeres de lunas lobas y enaguas de resaca. Criaturas paganas contenidas o desatadas, monjas, -pecatrizzis de secreta malevolencia-, bañadas por pardos volcánicos y ultramares de fondo, cual cometas plantados sobre cuerpos de cadencia oceánica y sur posesivo. Y tuve que buscar nuevos territorios para ellas y sus reinos en los ecos de un occidente efímero…”
Emma Fernández Granada
Llanes, Asturias, febrero de 2016
Imágenes: © Emma Fernández Granada | Web
Texto: Patricia Acal | Web