sábado, abril 20, 2024

    Magdalena Drago: entre habitar y habitarnos

    CATALINA BUNGE mirando a MAGDALENA DRAGO

    Los conflictos climáticos, la superpoblación, el agotamiento de recursos o el maltrato animal que devinieron del patriarcado, el capitalismo, la producción y el consumo masivo pertenecen a una jerarquización social que coloca al hombre en el centro de todo. El ecofeminismo como movimiento social intenta redefinir esta jerarquización y abrir el debate en torno a las relaciones de género y nuestro vínculo con la naturaleza. El modelo productivo propio del patriarcado, basado en recursos no renovables y la destrucción de los ecosistemas ha quedado obsoleto.

    El silencio de las calles_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    El silencio de las calles

    En su obra artística, Drago se vincula con el entorno y la naturaleza desde un lugar de exploración y veneración. Evoca su cualidad transformativa y su capacidad para conectarnos con nuestra esencia. En la serie El silencio de las calles (2014), Drago aborda nuestra relación con el silencio y el entorno ruidoso de la ciudad; un contexto artificioso y estruendoso. Busca incentivar la conexión con uno mismo y los ritmos propios compartidos con la naturaleza. Plásticamente, Drago trabaja con papel de calco, pintura acrílica y el collage para crear escenarios abstractos plagados de capas. Calles deshabitadas cristalizan la soledad humana descomponiéndose ante la mirada de la artista para desvincularse de su función urbana -contenedora de ruido- y permitir el vacío, la pausa y el encuentro con silencio. Los trazos de color en la composición funcionan como vehículo para aflorar las sensaciones espontáneas y los recortes de palabras -de libros escolares encontrados casualmente en las volquetas de la ciudad- estructuran la escena. Palabras y textos en desuso que devienen de un pasado obsoleto y arcaico, y que refieren a una geografía ansiada perdida en el pasado. En ese diálogo plástico Drago se pregunta ¿cómo conviven la palabra y la sensación? ¿Y cómo se resignifica el silencio en nosotros como espacio transicional?

    El silencio posibilitando lo invisible_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    El silencio posibilitando lo invisible

    La fotografía de la instalación El silencio posibilitando lo invisible (2014), realizada el mismo año, muestra un espejo, una ventana y audífonos que reproducen un audio maximizado de un goteo de agua. La obra intenta reconectar activamente al espectador con su propio silencio y sus propios sonidos, a reconocerlos, a encarnarlos nuevamente. Para ello, utiliza el reflejo de su imagen y el entorno natural del espacio expositivo como medios transitivos para habilitar el diálogo interno. Drago recrea nuevamente un espacio único de convivencia entre dos mundos, el propio y el del entorno para llegar a la propia existencia-esencia.

    Limpieza_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    Limpieza

    Complementariamente, la fotografía performática escenificada por la artista en el 2015 se aproxima a un entorno obsoleto y efímero: la tecnología informática suplantada rápidamente por nuevas tecnologías (IA, IOT, Big Data entre otras), y como resultado lo que una vez fue valioso excluido como material de desecho. La obra nos habla de un impasse, de detener el tiempo; busca hacernos presente en la vida que nos tapa con tantos objetos, máquinas que ya no tienen vida y que quitan nuestros espacios. Los planteamientos de la artista cuestionan otra vez nuestra manera de relacionarnos con el entorno, la trascendencia y el lugar que le damos al universo natural y el producto que resulta de nuestro vínculo con esta.

    Cosmetario_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    Cosmetario

    De manera similar, la última obra de Drago, realizada entre el 2020 y 2021, cuestiona el impacto del ser humano en el entorno natural alterando su ciclo habitual, produciendo grandes vacíos y anomalías en lo que sería el desarrollo autóctono del mundo vegetal y floral. Por el momento, este proyecto ocupa su mayor interés y tiempo.

    A través de una minuciosa investigación sobre las flores silvestres ausentes del entorno natural español, la artista desarrolla un herbario de aquellas especies nativas que se extinguieron, repensando y dando lugar a una biosfera respetada que debería ser propia del lugar.

    Cosmetario es el nombre de este herbario compuesto por láminas botánicas -ficticias y utópicas- realizadas con productos de cosmética como material de trabajo. Bases, sombras, correctores, rubores, iluminadores, labiales, cremas hidratantes, ácidos hialurónicos, fijadores y mascarillas brindan los tonos y las texturas a estas láminas. La utilización de estos como material plástico plantea un paralelismo entre el deseo y obsesión por la conservación de la naturaleza y de nuestra belleza o juventud al punto de interferir en los procesos habituales de la naturaleza comprometiendo su desarrollo. ¿Cuándo la naturaleza pasó a ser de emulada a suplantada? Cosmetario es un proyecto que relaciona al pasado de las plantas que ya no están con la cosmética como materialidad que le da vida.

    La artista cuestiona las directrices que articulan nuestro comportamiento y nuestra relación con la naturaleza a lo largo del tiempo además de nuestra relación actual con la cosmética y las grandes marcas promotoras de ésta. Una industria a la merced del sistema capitalista frívolo y obsesionado con la belleza como producto.

    En su hacer, Drago intenta revivir el pasado y denunciar un presente que pretende maquillar la realidad de forma engañosa, capa por capa, de una manera asfixiante.

    Cosmetario_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    Cosmetario

    En el trabajo artístico de Drago, el tratamiento y la conexión con el material es una partitura clave. El comprender la esencia de estos, sus potencialidades y su capacidad de comunicar es fundamental a la hora de emplearlos. En la obra n.º4 El silencio de las calles, el papel calco y su propiedad trasluciente fue potenciada y utilizada para aportar nuevos significados a la obra. En Cosmetario, por ejemplo, el uso de productos de cosmética simbolizan la obsesión por la belleza y su conservación llegando a deshumanizarnos y desvincularnos de nuestra propia esencia.

    Drago se destaca como artista no solo por su proyecto pedagógico e inquisidor, sino también por su habilidad para hacer del arte un vehículo perfecto de autoconocimiento y transformación.

    Cosmetario_Magdalena Drago | Mujeres Mirando Mujeres | Catalina Bunge

    Cosmetario

    ¿Podremos imaginar un futuro en el que nos apartemos del centro para dar lugar a un mundo compartido con el mundo vegetal? ¿Podremos continuar con el proyecto planteado por las ecofeministas antes de llegar a consecuencias extremas e irreversibles -como un virus que acecha globalmente la humanidad? ¿Es el arte capaz de plantear nuevos escenarios a la vez que persuadir nuestra manera de actuar? Hoy más que nunca parece primordial reflexionar sobre nuestra manera de cohabitar con la naturaleza.

    Catalina Bunge. Web. Bio MMM.
    Magdalena Drago. Bio MMM.

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