Lola Marín. Una obra que parte y se construye desde la memoria.
CECILIA MEDINA mirando a LOLA MARÍN
Artista e investigadora en arte, Lola Marín, desarrolla su trabajo desde “la búsqueda y la experimentación de diferentes lenguajes y materiales para generar reflexiones en torno a la fragilidad humana”.
Inicialmente, la exploración estuvo contenida en el marco de la idea de casa -entendiendo por tal el espacio íntimo habitado- donde imágenes y sucesos actúan como soporte de obra. La percepción de un viaje interior, del desplazamiento del cuerpo, de la permanencia en un lugar, del encuentro y de los desencuentros, hacen que su trabajo parta y se construya desde la memoria.
Focalizándose en su estudio, atiende los aspectos del tiempo y su huella, indagando acerca del modo en que habitamos y sobre la forma en que nos construímos.
El tiempo y su huella son indagados minuciosamente por Marín. Advierte el modo en que vivencias, promesas y sueños postergados reaparecen imprevistamente transformados. Mezcla de realidad y ficción para algunos, sumatoria de recuerdos para otros, la memoria está formada por hechos, datos o motivos que se guardan de distinto modo. Y su reconocimiento en un tiempo detenido le permite hilar, reparar y reconstruir una nueva versión de los hechos.
En la filosofía escolástica, la memoria es una potencia del alma. ¿Y quién mejor que una artista para construir imágenes de lo inasible?
En una carta dirigida a Viriginia Woolf, Victoria Ocampo destacaba la relevancia que la escritora británica otorgaba a la posibilidad de que las mujeres se expresen sin vacilar ante cualquier asunto por trivial o vasto que este fuera.
Apropiándome de esta observación -que estaba circunscrita a la literatura- les invito a conocer a Lola Marín quien desde hace más de dos décadas se propone entender el mundo a través de la creación artística, con una visión interdisciplinaria que le permite fortalecer imágenes y materiales a través de un cuidado proceso de producción.
Valiéndose de la construcción de objetos que respetan la condición de portátil, sus obras emergen en forma paralela y en diversos materiales, nutriéndose entre sí. Estos objetos partieron de una materialidad previa que los reconocía con un destino preciso y utilitario. Su trabajo al rescatarlos acarrea la manipulación de la memoria que cada uno trajo consigo, de modo que los señalamientos de sus obras implican al mismo tiempo la rememoración del sentido original, restituyendo identidad a través de la memoria.
Cada uno de estos objetos son a la vez, todo y parte. Bajo la exquisita manipulación estética de su sentido, reclaman ser poéticamente descifrados, interpelándonos a través de este ejercicio sobre su propio lugar en el mundo. Sabemos que previamente inspiraron a Marín desde la materialidad, nos toca entonces descubrir el universo que encierran en ella.
La memoria tiene un rol de retención y recuerdo del pasado. A través de la evocación, propone una suerte de ejercicio que a veces desdibuja lo realmente acontecido, reubicando en un lugar mejor ciertas emociones o despojando a otras de sentido.
En “La desmemoria” Marín entrelaza conceptos de memoria, tiempo y huella asignándoles una materialidad narrativa -poemas visuales- que unen imágenes de fotos encontradas, recortadas, cosidas con versos de distintos poetas escritos sobre papeles envejecidos. Ante nuestros ojos se erige una historia detenida en el tiempo que persiste en su forma pero nos deja intuir un cambio en el sentido.
Su sólida formación académica y su inquietud intelectual se trasluce en el modo de enfocar el proceso de producción. A la pregunta ¿cómo nos construimos como individuos en comunidad? le corresponde ¿cómo ha sido construido este objeto que señalará poéticamente la obra?
No se trata de un simple paralelismo entre las obras y los modos de habitar el mundo contemporáneo, sino de reconocer a través de ellas las huellas de lo vivido. Y esto implica poner el propio cuerpo, como en el tríptico “Autorretrato en tres tiempos”, cuyas imágenes no descubren el rostro pero señalan la herida que otorga la identidad a este proyecto.
O pensar en las sutiles y delicadas “Armadura” y “Segunda Piel”, que impresionan como una paradójica protección ante el amenazante mundo exterior.
Hay en Marín un método que implica: identificación, reconocimiento y señalamiento. Lo más relevante en esta exploración es la posibilidad que nos brinda de nombrar aquello que yacía oculto. Oculto y en silencio. El silencio, que por definición es un término reservado para lo que no podemos percibir -lo inaudible- es aquí prueba de la dificultad de habitar el territorio que ha sido dañado, tanto el entorno social como el propio cuerpo. Es aquí precisamente, donde lo individual se hace colectivo, donde la herida propia es igual a la herida ajena, donde la indefensión atraviesa los límites del propio cuerpo y se hermana con la de los cuerpos de las demás.
Podemos contemplar en silencio, tomarnos el tiempo para identificar, percibir, apreciar; pero en cuanto hemos reconocido la herida debemos nombrarla, por trivial o vasta que parezca. Una sutura imposible nos plantea como observadores de una obra de arte un desafío: ¿es correcto que contemplemos la belleza sin interrogarnos más allá de la materialidad manifiesta en ella? ¿Somos miembros responsables de nuestra comunidad si no asumimos nuestra parte en el todo?
Lola Marín tiene una lata llena de corazones de cerámica que fueron coleccionados y olvidados por quienes los arrancaron de los cuerpos que los mantenían con vida. Marín trabaja incansablemente para evitar sumar otro cuerpo al olvido.
Como advertía Woolf, las verdaderas obras de arte comparten la peculiaridad de abrirse a nuevos descubrimientos en cada lectura. Atribuía esta curiosidad al hecho de encontrar vida en ellas. De modo que si se acercan a las creaciones de Marín, se revelará ante sus miradas la belleza y la poesía que hay en ellas, entendiendo entonces que la valentía de insistir sin vacilaciones en el arte, siempre vale la pena.
Imagen destacada A borbotones. Del proyecto del proyecto “La sutura imposible” 2020-2021.
Cecilia Medina. Web. Bio en MMM.
Lola Marín. Web. Bio en MMM.