Leila Amat. Una cruda transmisión del cosmos interno
Laura Franganillo MIRANDO a Leila Amat
Tuve la ocasión primero de acercarme a Leila Amat (Madrid, 1987) por su trabajo y, más adelante tuve la suerte de conocerla en persona el año pasado. Con una delicadeza inusual, sus instantáneas atrapan al espectador. La dulzura personificada como mujer y la cruda transmisión de su cosmos interno a través de sus fotografías, es toda una oda y un placer a los ojos, a la mirada, a la visualidad.
¿Cómo comenzó tu interés por la fotografía?
Tras un incendio en la casa de mi infancia. No fue haciendo fotos, sino contemplándolas. Cogí las cientos y cientos de fotos que tenía mi padre en una caja y, con un trapito húmedo, las empecé a limpiar del humo de ébano que las había impregnado. El hecho de que mi padre se dedicara como hobbie a la fotografía tuvo parte de la culpa de que a día de hoy yo me dedique a esto. Es como el anuncio que realizó hace tiempo el Ministerio de Educación “Si tú lees, ellos leen”. Yo vi a mi padre haciendo fotos hasta a las piedras y así he acabado.
¿Cómo te definirías como fotógrafa?
Es complejo definirse a uno mismo porque se carece de la perspectiva necesaria para analizarse con claridad. Quizá diría que como fotógrafa soy muy sensible, frágil pero a la vez persistente, muy pasional, transparente, sincera. No me obsesiona ser 100% innovadora, sí el disfrutar y purgarme a través de un arte que hace ya más de una década que me ha robado el corazón, el alma y la mente.
¿Prefieres lo digital o lo analógico? ¿Cuál es tu cámara actual?
Prefiero la fotografía digital, aunque disfruto muchísimo de la analógica. La digital es más limpia (a nivel ecológico) que la analógica, incluso increíblemente más barata, pero en cuanto a resultados, ambos procedimientos me parecen fascinantes. La fotografía digital la tengo más relegada a lo público y la analógica, a lo íntimo. A día de hoy trabajo con una Nikon D5200, aunque estoy ahorrando para una FF, sin prisas.
¿Quién te ha influido o marcado especialmente y por qué?
Creo que ante todo soy una hija de mi tiempo. La fotografía tiene una trayectoria muy corta, es un arte muy joven y los pasos que se están dando a día de hoy son gigantes, sobre todo en fotografía construida, practicada en su mayor parte por mujeres. Nunca antes se había hecho lo que se está haciendo ahora. Me siento influenciada por mis compañeros y por esa gran corriente que constituye la fotografía creativa o contemporánea.
¿Cómo definirías tu proceso creativo? Háblanos de esa “fotografía relámpago”.
Siempre he sido muy instintiva a la hora de elaborar una fotografía, sobre todo en el nacimiento de una idea. Luego la composición, la luz, el personaje, son un poco más premeditados. Aunque me pillas en un momento de mi vida en el que estoy cambiando de estilo fotográfico y ando un poco perdida. Me pienso las fotos más que nunca, pero a su vez son más sencillas e intimistas.
¿Intentas siempre transmitir un concepto o mensaje?
Sí, aunque en algunas fotos se ve con mayor claridad que en otras. Nunca he sido partidaria de una foto que sea sólo estética o al contrario, que una foto sea sólo un mensaje. Creo que la fusión de ambas cosas sería lo ideal.
Dices en tu blog que “un artista es un mero artesano de la poesía y la belleza. Nada más y todo eso.” ¿Qué es la belleza para ti?
La belleza es un estremecimiento, algo digno de ser amado y admirado, una conmoción, un golpe que te sacude hasta las entrañas. Tiene mucho de amor, de enamoramiento, de felicidad y de poeticidad. Además, no sólo hablo de la belleza en su sentido más agradable, también me gusta su lado más deforme y grotesco. La belleza debería llevarnos también a la reflexión.
Muchas de tus fotografías son en la naturaleza… ¿Qué representa en tus instantáneas?
Normalmente los exteriores me alejan de la angustia. La naturaleza es nuestro punto de partida como especie, por eso nos sienta tan bien alejarnos una temporada, incluso un día, a un entorno natural y desconectar. Creo que además es un punto de unión Tierra-cielo-alma. Puede que estoy suene muy zen o misti, pero a mí la naturaleza me ayuda a recordar que soy parte del cosmos, un canal a través del cual el universo habla. La naturaleza me conmueve profundamente, es primitiva, salvaje, pura.
Háblanos de la mujer en tus fotografías y el desnudo. ¿Qué papel juega el autorretrato en ellas?
Yo empecé (y aún no he terminado, ni sé si terminaré) autorretratándome. Nadie mejor que tú mismo sabe qué es lo que quieres en una foto. El doble papel de modelo y fotógrafo para mí tiene todas las ventajas que se pueden necesitar para un buen trabajo, pues muchas veces, si el modelo es bueno y se implica, hasta lo consideraría un trabajo en equipo. Trabajo mucho con mi cuerpo, el de mis amigas o el de mis hermanas porque es el físico que habito y la imaginería a la que estoy acostumbrada. El tema del desnudo femenino ya es otra cosa y daría para un taller ¡de hecho lo impartiré el 22 de marzo en MMM! Abogo por un desnudo femenino liberado de estereotipos, simbolizando a su vez todo lo que es para mí mostrarse sin ropajes: transparencia, sinceridad, verdad, autenticidad.
Has participado previamente en Mujeres Mirando Mujeres en su II Edición. ¿Qué opinas en cuanto a la imagen de la mujer en la historia del arte? ¿Crees que la idea de musa está obsoleta?
Sí, me entrevistó Mila Abadía, mujer a la que admiro y respeto muchísimo. En cuanto a la imagen de la mujer en la Historia del arte, siempre ha sido muy variable, pero también muy dentro del papel inactivo de la musa. Es decir, las mujeres entramos en los museos en las piezas artísticas, pero no como artistas, lo cual es muy inquietante. La idea de la musa me parece estupenda, incluso a veces inevitable, pero duele que sólo sea un concepto diseñado para la mujer. Creo que en la vida de toda persona siempre han existido seres inspiradores, desde tus padres, tu pareja, tu hijo o un amigo. No sólo a nivel artístico, también a nivel personal: personas que son un aliento para vivir. Si tenemos la suerte de encontrar a una persona así y encima eres artista, dedicarle tu tiempo y trabajo me parece algo más que razonable ¿Cuál es el problema entonces? Que nos han acostumbrado a pensar que el papel de musa siempre ha de ser el de una mujer inactiva y, para colmo, sexualizado. Y esa idea sí que me parece que debería estar obsoleta. Pero de momento no lo está. Es sorprendente la poca cantidad de mujeres que tienen un muso, pero también sorprendente la respuesta social ante las mujeres que trabajan con hombres, otorgándoles un papel más sensible y emocional y vaciado de toda masculinidad (desde el punto de vista del estereotipo masculino). Normalmente se las invisibiliza, no es llamativo, no estamos acostumbrados a una interpretación así del género masculino.
¿Qué te parece la incorporación del enfoque de género en los museos? ¿Crees que es necesaria?
Sí, de momento hasta la discriminación positiva me parece necesaria. Nos queda todavía muchísimo que conquistar y el daño causado durante siglos y siglos no se arregla ni en un siglo ni dos. Me parece estupendo que los museos se revisen y se pongan las pilas.
Recientemente, realizaste el fotolibro “Corneilles” junto a Irene Cruz que trataba sobre la historia de amor de dos chicas, el cual ha sido todo un éxito… ¿Qué consideración crees que tiene el mundo LGTB en el Arte? ¿Crees que está suficientemente representado o todavía hay tabús?
Claro que todavía hay tabús y discriminación. No es un colectivo o un grupo social al que yo pertenezca, pero lo apoyo y me solidarizo con él todo lo que puedo. No obstante, en el mundo del arte occidental, los hombres homosexuales tienen muchos más privilegios que las mujeres. Hace un año el diario “El Mundo” publicó un listado de l@s homosexuales más influyentes del año y de 50, sólo 6 eran mujeres. Es vergonzoso. Pero es que incluso, cuando se da visibilidad a las lesbianas, es porque a ellos les pone cachondos. Sobre la bisexualidad o la transexualidad casi no hay nada. Y no porque no lo haya, sino porque se les sepulta e invisibiliza. ”Corneilles” tuvo una acogida maravillosa por parte del público (que no por parte de los que dirigen el cotarro en el mundo fotográfico) y ya no quedan ejemplares a la venta. Llegar al público con una historia así ha sido una de las mayores satisfacciones que he podido vivir en mi carrera profesional.
Alguna vez han censurado en redes sociales, como a muchas otras artistas les pasa, el desnudo… ¿Crees que existe un doble rasero si es hombre o es mujer? Al fin y al cabo, un seno es un seno.
Me han censurado tantas veces en diferentes redes sociales y espacios por internet que ya he perdido la cuenta. A veces hasta me han llegado a censurar fotografías censuradas, es decir, con parches negros en las “partes pudendas” puestos previamente por mí. Ahí ya no te están diciendo que no publiques tetas, coños o culos femeninos, te están diciendo directamente que no lo hagas, que no te dediques a ello, que pares. Intentan esculpir un mundo artístico desde una moral y filosofía retrógrada y conservadora, si es que lo uno no forma parte de lo otro. No es que crea que exista un doble rasero, es que estoy segura de que existe. No son normas, es misoginia.
Tus modelos a veces aparecen como en una muerte serena, y en otros casos no tanto… ¿Qué representa la muerte en tus fotografías? ¿Crees que hoy está demasiado alejada de nuestras vidas y debería existir una normalización?
Creo que hay algo anómalo en mí cuando admito no tenerle ningún tipo de miedo a la muerte. Lo que me ciega y aterra de una forma atroz es el dolor. La muerte en mis fotos puede ser un símbolo del dolor, pero también la represento como el remanso de paz donde poder evitarlo, un refugio. Por eso transmite muchas veces una sensación de calma. Efectivamente, vivimos en una sociedad donde la muerte es tabú, eso se puede ver perfectamente en fotografía. Cuando realicé mi trabajo fin de máster, dediqué una sección a la fotografía post mortem en la literatura del siglo XIX y me encontré hasta con anuncios en periódicos donde se ofrecían servicios para fotografiar a tus seres queridos ya fallecidos. También es verdad que la mortandad antaño era mayor. Entiendo que la muerte perturbe, es una constante a lo largo de la historia, pero la muerte natural debería afrontarse con más sencillez y confianza. Estoy segura de que evitaría muchas fobias y situaciones angustiosas.
A veces utilizas como modelo a gente cercana como tu pareja como en “Proyecto 365” o tu hermana Emma en la historia de Manuela Malasaña. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Enriquecedora. Normalmente las fotos con personas que no son muy cercanas a mí no me salen muy bien, son un desastre. Pero cuando consigo adaptar a alguien a mi mundo es adictivo. Guille y Emma son mis dos grandes musos, comprenden perfectamente mi universo, se adaptan a él, lo disfrutan y aceptan. Yo he asumido sus rostros y miradas, los he interiorizado, los he hecho míos, los he convertido en una prolongación de mí misma, en unos apoyos valiosísimos. Además, poniéndome sentimental, anda que no son guapos los dos.
Como hemos hablado, has colaborado con otros artistas como Irene Cruz y formas parte del colectivo INTERANEUS… ¿Cómo surgen este tipo de iniciativas?
“Interaneus” nació bajo un intento (¡y buen intento!) de poder afrontar las ferias de arte. Nos unimos cinco artistas con una filosofía común e incluso con procedimientos artísticos semejantes, para poder abrirnos un hueco en el complejo mundo del arte. Además de eso, existe un enorme respeto y admiración entre nosotros, personalmente estoy encantada y deseo una larga vida al colectivo, tanto en sus iniciativas comunes como individuales.
¿Cómo surgió tu vena “youtuber”?
No soy Youtuber, ¡con el mal trago que paso siendo grabada! Es verdad que últimamente me están haciendo algunas entrevistas online o que a veces me animo a hacer pequeños vídeos, pero no es la norma. Sí me seduce el seguir editando vídeos de making-of, es algo realmente divertido, un buen recuerdo y creo que puede ayudar a otras personas a entender cómo se construye una de mis fotos, qué ambiente las envuelve o cuál es parte de mi metodología de trabajo.
¿Qué opinas del mercado del arte?
El mercado del arte es cada vez más y más variado. Afortunadamente. Siempre ha sido un espacio reservado para las élites, con precios tan absurdos y desorbitados que no ayudan en modo alguno a normalizar nuestra profesión de artistas ¿Cómo se explica la venta de obras por miles y miles de euros y que la mayoría de los artistas no podamos vivir de nuestro trabajo? Si los precios fueran más asequibles, sobre todo en fotografía, no nos costaría tanto abrirnos un camino en este maldito sistema capitalista y neoliberal. Es además un mundo muy endogámico, donde es muy complejo entrar. Se necesitan hacer muchos contactos, la labor empresarial que tiene que hacer un artista es monumental y no todos tienen alma de empresario. Para colmo, no necesitas ni tener talento. Tengo una visión muy oscura de lo que es, pero no estaría en ferias o vendiendo mi obra si no tuviera fe en que se puede cambiar, si no fuera porque veo que hay espacios y galerías que luchan por cambiarlo. Hay una enorme necesidad de educar a la sociedad en la adquisición de obras de arte, que no vean en esto una afición de unos pocos que sí se lo pueden permitir. Sueño con un mercado del arte más cercano a personas con un nivel socioeconómico medio o más estándar.
Háblanos de tus próximos trabajos. ¿Qué esperas de este 2017? ¿Nos sorprenderás con videoarte?
Jajaja, el tema del vídeoarte es una promesa fallida con dos años a sus espaldas, ¡pero sí! Quiero hacer algo. Tiradme a un lago de Peñalara en pleno invierno si este año no hago nada. Por otro lado, Guille y yo nos hemos embarcado en la aventura de tener un hijo y, si todo va bien, nacería en junio. Creo que este detalle puede generar unos cambios en mi trabajo que ni yo misma espero.
Y para terminar, ¿podrías regalarnos unas palabras de lo que representa para ti el ser mujer?
Ser mujer es una lucha, pero ante todo, como señala un lema feminista, somos personas (“El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas”). En realidad, lo que es 100% biológico se reduce a tan poquitos rasgos, y de todos ellos, son tan pocos los que son realmente exclusivos. Iba a sacar a relucir la maternidad, pero los trans tendrían mucho que decir sobre esto. Y estarán en lo cierto. El tema del género es interesantísimo, hay gente que cree que es una invención social. Lo que también termina forjando a la mujer de hoy en día son todos los condicionantes sociales que existen, a unas nos hacen subversivas, a otras esclavas.
Muchas gracias por la entrevista Leila. Ha sido un placer.
Gracias a ti, Laura, por confiar en mi trabajo y por pensar que tenía algo interesante que decir.
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Laura Franganillo Lobato | Web