Nieves Correa: «Trabajo en torno a diferentes memorias que a veces se entrelazan y contorsionan.»
JOHANNA SPEIDEL mirando a NIEVES CORREA
Nieves Correa comienza su carrera en el Arte de Acción y la Performance a finales de los años ochenta y desde entonces a participado en festivales y encuentros en Europa fundamentalmente pero también en Canadá, Ecuador, Argentina, Uruguay y Japón.
“Mis Acciones están siempre relacionadas con el espacio en el que suceden, me gusta explorar y explotar las posibilidades físicas y/o simbólicas del lugar en el que trabajo; y ese espacio me ayuda a conformar la estructura formal de mis propuestas. Es posible que un material, una situación o una obsesión desencadene un proceso, y a partir de esa primera aproximación construyo la Acción analizando el tiempo, el espacio, mi presencia, la audiencia, el material…”
Su obra plástica se nutre siempre de sus propias Acciones o tiene como punto de arranque un “proceso performativo” en el que el cuerpo, el espacio y el tiempo están presentes. En la mayoría de sus piezas utiliza la fotografía en relación a su cuerpo, un cuerpo que siente y muestra fragmentado, en diálogo con elementos y materiales que ha utilizado y modificado en sus obras en vivo.
Johanna: Bienvenida Nieves. Me encanta hacer esta entrevista contigo porque te tengo mucho cariño y mucha estima. Vamos a hablar de tu trabajo y también de tu vida porque estas cosas están relacionadas. Te conozco desde los años noventa, nos encontramos en los Talleres de Arte Actual del Círculo de Bellas Artes con Frances Torres y fue allí donde descubrí el Arte Multimedia. Tu también has hecho allí varios talleres. ¿Cuales han sido los mas importantes para ti?
Nieves: ¡¡Todos!!! porque fue tan distinto trabajar con artistas en activo que tienen diferentes puntos de vista en lugar de la formación artística académica tradicional. Para mi todos han sido importantes y algunos han ido tomando importancia con el tiempo, quizás los que en aquel momento mas me influenciaron fueron los Esther Ferrer e Isidoro Valcarcel Medina.
Pero la obra de Frances Torres y Concha Jerez, gran parte de la cual gira en torno a la memoria, han acabado por ser referentes que yo no hubiera imaginado en aquel momento y me siento muy afortunada de haber trabajado con ellos y de haber profundizado en sus procesos de creación y a través de estos tener la posibilidad de abrir otras lineas de investigación en mi trabajo.
Johanna: Hablando de historia y memoria tienes muchos trabajos que hablan de la memoria, ¿que aspecto de la memoria tratas en tus trabajos?.
Nieves: Trabajo en torno a diferentes memorias que a veces se entrelazan y contorsionan. La memoria personal que también es la memoria familiar, la memoria histórica, en relación a nuestra guerra civil y la dictadura… Creo que esos temas me hacen entender lo que está pasando ahora, la situación histórica y social presente. La memoria personal y familiar encierra los misterios y los traumas que conforman la persona, de alguna manera el Arte me ofrece las llaves para entender, para abrir puertas cerradas.
Johanna: ¿Me puedes explicar tu proceso de trabajo en relación a este tema como por ejemplo “Genealogías Violentas 1936” y la serie de tableros de “El Gran Juego de la Oca”?.
Nieves: Todo mi trabajo parte de un proceso performativo porque durante muchos años he trabajado en relación al Arte de Acción y la Performance y mi cuerpo se ha convertido en mi herramienta fundamental, esto no quiere decir que produzca solamente Acciones o Performances sino que ese primer impulso que parte del cuerpo y de la Acción es lo que configura mis obras.
La serie de Tableros del Gran Juego de la Oca hacen referencia al acto de caminar como un viaje a través del espacio y del tiempo y remiten a Acciones anteriores que se han articulado mediante recorridos por la memoria y el paisaje utilizando diferentes pares de alpargatas que solo se han usado en esas piezas concretas.
“Genealogías Violentas 1936” se materializa como un árbol genealógico de mi familia materna, que fue la mas castigada por la guerra civil, formado por catorce platos que rompí y volví a reconstruir. La pieza muestra los platos rotos y recompuestos físicamente y fotografías de cada una de las acciones de romper esos platos, mostrando esa relación entre el acto de romper y el acto de restituir la forma y la presencia física de los platos.
Johanna: Esto también lo he visto en tu Acción en CentroCentro, “Dias de Vino y Rosas”.
Nieves: Ese trabajo fue un encargo para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y partí, como siempre, de un proceso experiencial. Porque desde mi punto de vista esos procesos son los únicos que pueden justificar y dar sentido a una Acción. Si la Acción puede contarnos algo, tiene que ser en base a proposiciones experienciales, mas aun cuando trabajas con conceptos tan cerrados como este y corres el riesgo de que la pieza se convierta en un cuadro de historia a la manera del XIX.
En este caso partí de la experiencia de comerme ocho rosas que es una experiencia muy desagradable utilizando un material que en principio se considera bello y bueno. Creo que para hablar sobre la violencia y especialmente sobre violencia contra la mujer tenía que experienciar esa violencia, hacerla propia a través de acto de comer esas rosas y transmitirla como experiencia, no como una imagen.
Johanna: Las rosas también tienen espinas. ¿Hay mas trabajos tuyos que hablan de la violencia contra la mujer?
Nieves: Si, y siempre desde ese punto de vista experiencial. Por ejemplo en “Till Doomsday” utilizo tantas barras de labios como años tengo en ese momento y las voy pegando sobre una pared de forma perpendicular con lo que la barra de labios que en principio es un elemento amable adquiere una configuración violenta se convierte en una especie de proyectil.
Después de fijar todas estas “balas de carmín” salgo corriendo desde una distancia considerable con el torso desnudo y choco contra ellas de forma que mi pecho queda cubierto de carmín de distintas tonalidades de rojo y también, por la fuerza del impacto, quedan señales que a veces tardan casi un año en desaparecer, hematomas, pequeñas heridas… allí donde el plástico de las “balas de labios” han chocado con mi cuerpo.
Johanna: Esta violencia está también presente en tus trabajos “As time goes by” y “The day after tomorrow”.
Nieves: Si, ambas son piezas que se han generado a partir de una Acción. “The day after tomorrow” nace a partir del proceso de cicatrización de las heridas de la performance “Till Doomsday” y se configura como una gran instalación con quince fotografías en color a tamaño mayor que el natural de ese proceso, pegadas sobre un fondo pintado de rojo y atravesadas por los distintos pantones del color de las barras de labios.
En “As time goes by” utilizo y transformo las 53 cuchillas que utilicé en la Acción del mismo título convirtiéndolas en una suerte de chapas de identificación militar. Me interesa el dolor como una forma de experiencia que se aleja de lo meramente visual, por lo que tiene de experiencia del cuerpo.
Johanna: Ahi conectas también con tu cuerpo como cuerpo de mujer. ¿Qué experiencia tienes tú a diferencia de los hombres con tu cuerpo y con tu historia?.
Nieves: Sinceramente no lo sé, porque nunca he estado dentro de su cuerpo y porque ser mujer es fundamentalmente una construcción social. Quizás se podrían aplicar las teorías psicoanalíticas para entender como vemos, creamos y entendemos nuestra consciencia de género como hace Griselda Pollock en su libro “Diferenciando el Canon” … o quizás podemos intentar crear un Arte fuera del canon, encontrar otros caminos desde una perspectiva feminista que nos liberen a todas y a todos de esta herencia impuesta.
Johanna: Tenemos algo en común y es que hemos organizado muchos encuentros entre artistas y ahí las dos hemos implementado otro trato diferente, mas horizontal, nunca jerárquico donde todas las personas son iguales, eso es hablar entre iguales.
Nieves: Eso es muy importante porque el sistema del Arte es un sistema muy jerarquizado y ser capaz de crear espacios horizontales de diálogo y experimentación es fundamental y creo que las mujeres lo hacemos por lo general bien. Cuando conocí a Esther Ferrer y a Concha Jerez ellas eran artistas ya consagradas y yo todavía me estaba formando y siempre tuvieron conmigo un trato horizontal que para mi ha sido muy importante y que ha dado pie a que ahora las considere mis amigas.
Johanna: En tus obras estas utilizando objetos que están clasificados como femeninos, ¿estas conscientemente utilizando estos objetos para representar tu punto de vista femenino o en nombre de todas las mujeres?.
Nieves: Me interesan porque son objetos ambiguos, no son objetos agresivos per se: carmín, alfileres de costura, rosas… Son objetos incluso amables, y efectivamente pertenecen tradicionalmente al ámbito de lo femenino, pero depende de como los utilices pueden agredir tu cuerpo, y yo los utilizo de esa manera, violentamente.
Porque me intriga la violencia, especialmente las microviolencias que sobre todo sufrimos las mujeres. Un ejemplo muy simple, cuando me trasladé al pueblo donde vivo ahora con mi compañero siempre se dirigían a él, no a mi. Porque consideraban que él era la voz de la pareja, no yo. Eso es una microviolencia que si la vives desde niña va dejando un poso en la forma en la que te reconoces como persona tremendo.
Johanna: Hablando de tus trabajos en pareja, con Abel, os he invitado a Berlín con el proyecto “Do it Yourself” en el cine Babylon y allí hicisteis una lucha con barras de pan que para mi tenia tintes de lucha de pareja ¿que significa para ti, estas utilizando la pareja para mostrar que?
Nieves: Pues efectivamente esa Performance habla de la violencia y concretamente de la violencia de la diferencia impuesta entre los géneros. Una violencia que tiene su raíz en esa dicotomía en todo el orden social entre hombres y mujeres. Había también en esa lucha de panes una referencia a “Duelo a Garrotazos”, porque Goya hablaba también de lucha social en esa pintura aunque desde otro punto de vista.
Johanna: Tienes mas ejemplos de trabajos en común que tengan que ver con esta temática.
Nieves: Todas nuestras Performances trabajan sobre el concepto hombre/mujer de una forma u otra, porque estamos obligados a utilizar ese material, somos dos cuerpos, dos cuerpos de distinto género y que mantienen una relación de pareja. Y el material configura nuestro discurso y siempre esta presente nuestra diferente consideración social como mujer/hombre.
Johanna: Una vez en Andalucía en 1995 te invité a un encuentro en mi estudio y mi hija era entonces pequeña, también estaba el hijo pequeño de otra artista de Berlín y había varias obras que tenían que ver con esta situación de maternidad y crianza y hablamos mucho entonces sobre esto y tu aún no habías sido madre. Cuéntame un poco lo que ha significado criar un niño y ser artista.
Nieves: Es un tema lleno de matices. La maternidad cambió mi punto de vista sobre determinadas cuestiones relacionadas con mi trabajo y fue a raíz de esta cuando empecé a interesarme por la idea del dolor y la experiencia del dolor como conciencia del cuerpo. De alguna manera vives tu cuerpo de una forma que no habías vivido antes y son experiencias muy ambivalentes.
El hecho de tener un hijo es además una tarea a añadir a todas las que ya tenemos, sobre todo nosotras que somos mujeres trabajadoras, tu lo sabes muy bien. A la responsabilidad de la crianza, aunque sea compartida, hay que añadir un trabajo remunerado, nuestra carrera como artistas y nuestra faceta de organizadoras. Exactamente igual que en tu caso, es un trabajo inmenso.
Johanna: Si, yo viví unos veinte años súper estresada, con mucha energía, pero muy muy acelerada. Se necesita mucha fuerza y una obsesión muy grande para seguir haciendo arte y a la vez ganar dinero, educar a los hijos y mantenerte a flote. Pero creo que a cierta edad nuestro trabajo toma un sentido mas reflexivo y ahora a mi me interesan mucho mas los proyectos a largo plazo.
Nieves: De todas maneras a mi me angustia bastante el sistema del arte porque me parece muy perverso. Un mundo en el que tienes que ser “eternamente joven” aunque esa juventud no sea física. A las artistas de nuestra edad se nos añade otro techo de cristal, el techo de esa edad intermedia en la que no eres ni joven ni anciana. Quizás a los ochenta años, si es que llego, adquiera esa visibilidad de la rareza, de ser una superviviente.
Igual que las actrices se quejan de que en cuanto les salen arrugas y michelines ya tienen dificualtades para trabajar, a nosotras nos pasa un poco lo mismo en relación a nuestra obra, parece como si los demás la vieran con patas de gallo y celulitis.
Johanna: Yo también lo creo, hemos hecho mucho y seguimos con nuestra linea de trabajo pero no siempre hay mucho interés. No obstante a mi me empiezan a llamar para participar en homenajes de proyectos en los que he participado hace mucho tiempo y de alguna manera ya son historia como en el caso del MUSAC y la exposición sobre la Galería Tráfico de Arte. Ahora voy a participar en otro en relación a una galería de Portugal con la que trabajé a partir del 1999. Y eso es bonito pero es también la señal de que ya ha pasado tiempo. A mi me gustaría hacer una exposición retrospectiva sobre mi trabajo para ver el impacto del desarrollo desde los noventa hasta hoy.
Hace poco que estuve en tu estudio en la calle París de Segovia y me han impresionado sus trabajos sobre papel, tus partituras de Acciones. Hablame un poco de tus Acciones y de estos trabajos sobre papel por favor.
Nieves: La partitura y la Acción están siempre unidas en mis piezas porque trabajo sobre una partitura previa. Pero son partituras que tienen que ver con el desarrollo de la Acción, es decir, como se va a usar el espacio, que elementos voy a utilizar y de que manera, el tiempo, el ritmo, etc. Son las partituras de trabajo.
Estas otras partituras, que realizo siempre después de que la Acción suceda, las llamo “Partituras Medievales” porque son como el Arte Medieval, un sistema que no intenta representar la realidad sino conceptos, símbolos, signos y enigmas, como has apuntado tu.
Se trata de extraer la esencia de la Acción de forma que pueda expresar todo lo que esta contiene de importante. Es algo que me encanta, especialmente por el hecho de trabajar con las manos, sentir el material, y por el propio proceso de “destilación”, es como extraer del hollejo de la uva el licor de orujo, de forma que todo lo que paso en un tiempo y en un espacio determinado quede encerrado en un pedazo de papel bidimensional.
Johanna: Tiene un grado de abstracción muy grande que adoro y me doy cuenta de que también la mayoría de tus trabajos fotográficos son en blanco y negro.
Nieves: Pues eso es algo que a mi también me intriga, de hecho a veces trabajo con imágenes en color y en un momento del proceso acabo por convertirlas a blanco y negro. Yo creo que tiene que ver con la memoria.
Recuerdo mi infancia y adolescencia en blanco en negro, no solo porque la imagen reproducida era mayoritariamente en blanco y negro, si no también por la sensación vital de vivir en un país bajo una dictadura.
España era un país en blanco y negro cuando yo nací, en el año 1960, y hasta el año 1975. Después empezó a tener distintas tonalidades pero durante ese periodo era un país en blanco y negro y muchas de mis piezas hablan de esa memoria, algunas directamente, otras no tanto, pero esa experiencia está implícita en ellas.
Johanna: Aparte de mi amistad he dicho al principio que tienes también mi admiración porque a través de tu gestión en Acción!MAD, los Encuentros de Arte de Acción de Madrid desde el 2003 hasta el 2019, has luchado por las condiciones laborales de las artistas y que todas pudieran cobrar honorarios, tuvieran los viajes y alojamientos pagados, etc.. y eso es muy importante porque aunque no lo hemos hablado ya sabemos como sobrevivimos las artistas…¡Nos aportas mucho con tu trabajo de gestora y de artista, tanto a tus colegas como al público!
Nieves: Muchas gracias Johanna.
Johanna Speidel. Bio MMM.
Nieves Correa. Bio MMM. Web.