martes, abril 16, 2024

    Elisa Pardo Puch: “Hay algo punky en apostar por la costura como forma de expresión artística”

    MARINA AVIA ESTRADA mirando a ELISA PARDO PUCH

    En este año que nos ha tocado vivir, ver una cara amiga, aunque sea a través de una pantalla, es una alegría inmensa. Entrevisto a Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988), licenciada en Bellas Artes por la UCM (2014) y Máster de Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (2017). Su trabajo ha sido expuesto en numerosas instituciones, entre otras, en Matadero, Madrid (2020); la Sala de Arte Joven, Madrid (2020); Luis Adelantado, Valencia (2018); INJUVE, Madrid (2017) y La Colmena, Madrid (2017). En su práctica artística, Elisa experimenta con nuevas nuevas formas de hacer, y sitúa mensajes críticos a través del uso de materiales controvertidos y técnicas tradicionales, y de la puesta en marcha de experiencias afectivas y ritmos propios. Su obra es una obra de contrastes, una obra del detalle, de los matices, de todo lo grande que esconde lo pequeño. En esta entrevista hablamos de técnica, feminismo, precariedad, límites y referencias.

    En tu práctica artística te aproximas a estéticas que tú misma defines como imaginarios de “lo pobre”, “lo feo” o “lo marginal”. ¿Cómo surge la idea de trabajar con materiales asociados a estas estéticas?

    Mi punto de partida es el dibujo, desde que era pequeña siempre he dibujado. Sin embargo, el salto a utilizar los materiales que comentas sucedió de forma casual. Tenía ganas de evolucionar del trabajo en dos dimensiones a realizar piezas en el espacio, en tres dimensiones. En un momento dado empecé a echar mano de las cosas que encontré a mi alrededor; plásticos que había por casa, bolsas y otros elementos tenía guardados. Nada más empezar a trabajar con estos materiales, me interesó mucho el potencial que vi en ellos; esas estéticas de lo pobre, o lo feo, encajaban estupendamente con mi práctica. Eran materiales baratos que procedían de fuera del campo de las Bellas Artes, materiales industriales que utilizamos en casa, que me permitían abordar el paso de trabajar con el espacio de forma sencilla y barata. Te diría que fue algo muy instintivo.

    ST_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, SIN TÍTULO (PATCHWORK), 2016

    ST_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Patchwork, 2016

    Una de tus obras en la que empleas este tipo de materiales es Kanazawa (2018). La materialidad, la geometría y los colores son factores centrales en ésta y en muchas de tus piezas, elementos bajo los cuales a menudo se “esconden” mensajes críticos. ¿Cómo se transmite ese doble lenguaje al público?

    La obra Kanazawa surge de una experiencia personal de un viaje que hice a Japón, donde visité esta ciudad y me llamó mucho la atención un mercado de pescado; sus formas, sus colores, la colocación de los elementos, el cuidado y la delicadeza con la que ordenaban los puestos al cerrarlos. Cuando realizo una obra, entiendo que hay dos partes. Una de ellas es el proceso, que para mí es lo fundamental de la pieza, y por otro lado está la forma en sí misma de la obra. Intento transmitir un mensaje crítico a través de la selección de materiales con los que trabajo y las técnicas que utilizo, además de con la historia de la que parte la pieza. No estoy segura de llegar siempre a transmitir ese mensaje, pero es lo que intento.

    Kanazawa_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Kanazawa, 2018

    Respecto a las técnicas, muchas de las formas de trabajo que empleas están basadas en prácticas ancestrales que han sido desarrolladas de forma mayoritaria por mujeres a lo largo de la historia. ¿Cómo te relacionas tú con estas prácticas? ¿Por qué la costura, el bordado, el tejido?

    A mí me enseñó a coser mi abuela cuando era pequeña. Cuando empecé a trabajar con técnicas de costura, eché mano de ellas como algo rápido, algo que sabía hacer y con lo que me sentía cómoda pero que no necesariamente vinculaba a mi práctica artística. Y sin embargo, hubo algo que me “enganchó”. Para empezar creo que decidí usar estas técnicas en forma de homenaje a un conocimiento que me transmitieron mis abuelas y que he seguido cultivando junto a mi madre. Por otro lado, el trabajo de las artistas del taller de tejido de la Bauhaus, sus diseños, así como las prácticas consideradas como artesanales, siempre me han interesado e influenciado mi obra.

    Hasta hace unos años, la costura se seguía considerando “un arte de mujeres” como algo peyorativo. Y fue precisamente esa idea la que me llevó a decidir seguir con esta técnica “hasta el final”. Hay algo punky en apostar por la costura como forma de expresión artística, al hacerlo una misma y en mi caso, sin buscar un perfeccionamiento técnico, casi de forma amateur. Aunque a priori pueda no parecerlo, para mí significa asumir un posicionamiento claro.

    Bell Hooks describe la práctica del quilting como “an art of stillness and concentration, a work which renewed the spirit, […], a come back to herself, a rest for the mind.” Existen numerosos escritos que hacen referencia a la “slow temporality” de los textiles, es decir, sobre cómo los procesos de tejer, bordar y coser, devienen en muchos casos casi procesos meditativos. ¿Qué relación encuentras entre esta desaceleración y la precariedad a la que habitualmente han estado asociados estos oficios?

    Ya que lo mencionas, creo que fue precisamente ese carácter meditativo, el elemento minucioso, lo que me “atrapó” de la costura. Cuando estoy cosiendo, estoy muy centrada en el proceso, me permite concentrarme mucho y también disfrutar. Para mí la relación entre estas técnicas y la precariedad está en cómo los oficios de costurera, bordadora, etc, han sido históricamente asumidos por mujeres y asociados a lo doméstico, al interior del hogar. Han sido labores tremendamente devaluadas a lo largo de la historia, lo que ha hecho que, hasta finales del siglo XX, hayan sido sistemáticamente excluidas de ser consideradas prácticas artísticas.

    En relación a esto quería preguntarte cómo entiendes tu propio posicionamiento como artista y mujer en un mundo altamente precarizado. ¿Bajo qué condiciones trabajas?

    Para mí es importante producir mi obra con mis propias manos, no quiero transformar todo en un intercambio económico. Por eso trato de reducir mi trabajo a la medida que puedo abordar con mis propios medios, tanto en términos de espacio como de recursos. En este sentido, la forma en la que utilizo la costura tiene más que ver con el uso que le daba mi abuela, que con intentar producir algo para el mercado. En mis obras no trato de ser constantemente productiva, sino más bien de encontrar una forma de pararme. Tengo un empleo que me proporciona ingresos económicos y trato de separar mi producción artística de esto. Trato de permitirme mi momento para crear, de aceptar mis propios ritmos y las normas que yo misma me pongo.

    Me parece que, al igual que diferentes técnicas de bordado y costura han sido utilizadas a lo largo de la historia como un lenguaje propio (y en algunas ocasiones inaccesible para ciertos sectores de la población), tus obras esconden también muchas capas de referencias y desarrollan de alguna forma nuevos sistemas de comunicación. ¿Hasta qué punto te interesa que esas ideas encriptadas sean comprendidas o no?

    La ironía es un elemento fundamental en mi trabajo. Por ejemplo, Quechua (2019) es un despiece de un abrigo plumífero y lo realicé cuando hubo un boom de este tipo de abrigos y también de los fachalecos, una prenda que algunas personas empezaron a llamar así porque era utilizada fundamentalmente por gente de apariencia conservadora. Lo que hice fue despiezar el abrigo y generar cuatro piezas hechas con bolsas de basura a las que les incorporé unos bolsillos con dibujos basados en parches punkies. Sé que hay algo de chiste, de a ver qué puedo hacer yo con esto. En general, trabajo con imaginarios de moda, imaginarios urbanos que me llegan, mezclados con referencias de la Historia del Arte. Pero claro, dependiendo de tus referentes, de tus intereses, creo que podrás ver más o menos capas de mi trabajo. Sino quizás se queda en formas, en texturas, en colores que, para mi, son también muy interesantes.

    Quechua_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Quechua, 2019

    Quechua_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Quechua (detalle), 2019

    Precisamente en la obra Kanazawa que mencionamos anteriormente, hay un guiño hacia los colores y la estética Burberry.

    Exactamente. El patchwork que imita el diseño de Burberry de la pieza Kanazawa, surge porque la colcha del mercado en la que me inspiré tenía esos colores. Siempre mezclo en mis obras historias personales con otro tipo de referencias y acabo conectando cosas que a priori no están relacionadas para terminar haciendo pequeñas narraciones. Recuerdo que cuando era adolescente hubo una época en la que se pusieron de moda las bufandas de Burberry y que para mí eran un elemento que me parecía horrible y, al mismo tiempo, un objeto de deseo. En Kanazawa reflexiono de forma irónica sobre mi postura ante ese mundo; convierto esa estética de lujo en un objeto creado a partir de bolsas de basura. Este guiño es irónico, por supuesto, pero también es mi forma de participar en ese mundo de las marcas de moda con el que nos bombardean constantemente.

    Kanazawa_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Kanazawa (detalle), 2018

    En esa transformación de materiales pobres y desechables en piezas que emulan objetos de lujo que acaban situados en pedestales y vitrinas, se produce un desplazamiento donde la ironía, como tú comentabas, juega un papel fundamental.

    Utilizo la ironía también para hablar sobre las lógicas de consumo actuales. Hago referencia a objetos de lujo a través de materiales de usar y tirar, de elementos de ferretería, así como a través de los procesos a los que los someto. Trabajo estos materiales de forma minuciosa y paso mucho tiempo elaborando las piezas en un proceso que a veces me resulta absurdo y desmedido. De alguna manera es como si intentara que esos objetos se valoren y permanezcan en lugar de terminar engrosando montañas de basura. En mis piezas juego a sacar de contexto esos objetos de deseo, a transformarlos en otros materiales, otros tamaños, otros mensajes. Por ejemplo, últimamente estoy fabricando estructuras que sostienen las obras. Es decir, ahora coloco estas piezas hechas con materiales baratos, en pedestales que yo misma diseño. Donde tendría que haber una escultura de mármol, hay una pieza inspirada en un bolso de imitación de Chanel hecho con materiales pobres y mal cosido. En concreto esta obra, surge de una experiencia que tuve de adolescente en la que me robaron el bolso en una discoteca.

    robo en la tarima_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Sin título (Robo en la tarima), 2020

    Me gustaría acabar la entrevista preguntándote por algún proyecto que tengas entre manos y que te apetecería desarrollar a futuro.

    Igual que al principio sólo dibujaba y no me atrevía a pasar a lo tridimensional, creo que hay un paso que quizás sería bastante orgánico en mi trabajo que es el salto a lo performativo. Me gustaría empezar a trabajar con personas de forma más directa. En el último proyecto que he hecho en el Centro de Residencias Artísticas de Matadero (2020), he empezado a sentir una necesidad más fuerte de que las personas estén más presentes en mi trabajo. En Matadero desarrollé una serie de ideas que tuve durante la cuarentena, pero fundamentalmente lo que hice fue crear un espacio y decorarlo, apropiarme de él. Puse unas piezas de cerámica que representaban órganos del cuerpo y siempre pensaba que eran demasiados objetos y que quizás necesitaría que apareciera de alguna forma una persona. Me gustaría combinar este salto a lo performativo con la idea de “disfunción”. Acercarme a la parte desajustada o “fallida” -en términos normativos- de alguien o algo puede ser un punto de inicio para futuros proyectos.

    recoger semillas_Elisa Pardo Puch | Mujeres Mirando Mujeres | Maria Avia

    Elisa Pardo Puch, Recoger semillas, tejer un gorro, 2020

    Marina Avia Estrada. Bio MMM.
    Elisa Pardo Puch. Bio MMM.

      Related Posts

      Antropometrías, Sara Coleman | Mujeres Mirando Mujeres | Paula Cabaleiro
      Sara Coleman. (Ponerse) En la piel
      Sin título, Marie Poirier-Troyano | Mujeres Mirando Mujeres | Nerea Ubieto
      La obra de Marie Poirier-Troyano y su exposición Crisálida en el Museo de Genalguacil
      Alquimias, Silvia Viñao | Mujeres Mirando Mujeres | María José Cárceles
      Silvia Viñao. ALQUIMIAS
      Fuera de horario, Isabel Martí Clara | Mujeres Mirando Mujeres | Chiara Carzan
      Fuera de horario. Isabel Martí.

      Leave a Reply