Pilar Boullosa: “Como creadora de imágenes, considero el arte como una herramienta para la concienciación social.”
ELENA GARCÍA mirando a PILAR BOULLOSA
Descubrí la obra de Pilar casi por azar. Andaba en la búsqueda de artistas de Canarias o residentes en las islas cuyo trabajo hablase sobre la problemática medioambiental que sufrimos en el archipiélago, fruto de la globalización, la sobreexplotación del suelo y la masificación turística. Buscaba la obra de una artista con un discurso sólido, con compromiso social y ecológico con el medio natural que nos rodea, un medio del que muchas veces nos adueñamos, como si nos perteneciese. Entonces di con sus series “Mar de plásticos” y “Plásticos de un solo uso”, y a partir de ahí pensé que el trabajo de Pilar había que mostrarlo al mundo para concienciar y para tratar de cambiar el rumbo, porque como la artista señala: “el arte es una herramienta de transformación social”.
En este diálogo, Pilar nos va desgranando su proceso creativo, hablamos de cómo los seres humanos alteramos la Tierra a nuestro antojo, sobre la maternidad, la conciliación y los estereotipos de género, y nos acercamos a sus proyectos artísticos más recientes. Pasen y lean.
Sobre Pilar Boullosa y su obra:
El trabajo actual de Pilar Boullosa (Vigo, 1987) gira en torno a la Naturaleza, definiéndola como la armonía del conjunto de los seres vivos y la materia inerte. En su obra, la artista sitúa el foco sobre la especie humana y su relación con la misma, una conexión marcada por el impacto social, en la que la demanda de recursos de los seres humanos perpetúa una transformación constante sobre la Tierra, corrompiendo su equilibrio vital y abocando a la misma hacia un destino incierto.
Pilar Boullosa busca representar los éxitos y fracasos de la humanidad como colectivo y especie, determinados por su nivel de responsabilidad social y ecológica dentro del contexto de la globalización.
¿Cuánto tiempo hace que te dedicas al arte de forma profesional?
Me resulta difícil poner una fecha. Desde que finalicé mis estudios universitarios en 2010 comencé a moverme para dar a conocer mi obra, en un primer momento, a través de concursos y exposiciones colectivas. Poco a poco fueron surgiendo las primeras exposiciones individuales y reconocimientos. En 2014, tras varios años viviendo en ciudades diferentes, me instalé en Gran Canaria, lo cual supuso un punto de inflexión importante al poder tener mi pequeño estudio.
¿Compaginas tu trabajo artístico con otras actividades?
Siempre he tenido que compaginar mi trabajo de artista visual con otra actividad que me permitiese tener cierto nivel económico para poder vivir tranquilamente. Afortunadamente, he trabajado en sectores en los que he podido emplear mi parte creativa, por lo que nunca ha habido una desvinculación con mi pasión. No obstante, hay mucho trabajo por hacer en el gremio de las artes visuales. Se siguen realizando malas prácticas profesionales que envilecen nuestro sector y no permiten que podamos dedicarnos íntegramente a nuestra profesión.
Háblanos sobre tu proceso creativo. ¿Cuáles son tus dinámicas de trabajo? ¿Qué tres elementos no pueden faltar nunca en tu estudio?
Desde mi experiencia entiendo el proceso creativo como un procedimiento mental muy ligado a mi cotidianidad. La actualidad de las noticias, mi entorno familiar y social más directo, las visitas a exposiciones,… son factores que influyen a la hora de crear. Muchos de ellos de forma inconsciente. No obstante, cuando me interesa un tema investigo sobre ello para obtener un mayor conocimiento que me permita profundizar en la parte conceptual de la obra, ya que considero imprescindible la argumentación teórica para llegar a la materialización. En relación a la segunda pregunta, siempre tengo como libro de cabecera “El elogio de la sombra” de J. Tanizaki, un manifiesto sobre la estética japonesa que vincula la belleza a la luz. Recurro muchas veces a él porque siempre me aporta una mirada nueva. Por otro lado, mis apuntes de Historia del Arte de primero de carrera son mi particular “biblia del arte”. Por último, mi bata para trabajar con infinidad de capas de acrílico y resina me acompaña en todos mis proyectos, como una pintura a la que le voy añadiendo veladuras de experiencias.
¿Con cuál de tus piezas o de tus series de obras te identificas más? ¿Hay alguna en concreto que describa el alma y la esencia de tu trabajo artístico?
Siento un especial apego por “Recuerdos pixelados”. Son dos dípticos en los que se observa el antes y el después de la destrucción de la aldea donde se crió mi madre (Sueirexa, Ourense), a causa de las obras de construcción de la autovía AG-53. La tierra verde a la que tanto cariño tenía, se transformó en asfalto gris teñido con las promesas del progreso. Siendo consciente de lo que sucedía, fotografié el cambio del paraje allá por 2007. Casi diez años después retomé esas imágenes con la necesidad de honrar a mi aldea en clave de denuncia, con la delicadeza y el sosiego del punto de cruz.
En tus series “Mar de Plásticos” y “Plástico de un solo uso” utilizas como material principal microplásticos que recolectas tu misma en las costas de Gran Canaria, isla donde resides actualmente. ¿Es posible que la recogida y limpieza de costa que haces previamente forme parte del proceso creativo de estas piezas? ¿Qué te lleva a investigar y a representar en tu obra temas relacionados con la problemática medioambiental que sufrimos en las islas?
Vivimos en un planeta finito y, consecuentemente, la vida sobre él debería ser también finita. En cambio, la población mundial crece ilimitadamente y ello conlleva unas consecuencias negativas sobre la Tierra, comprometiendo los recursos básicos de la humanidad. En este contexto, siento la necesidad de concienciar sobre la urgencia de reducir nuestros hábitos de consumo. Se torna imperativo producir menos para disminuir nuestra huella sobre el planeta, despertando la sensibilidad ajena hacia una vida más sostenible y fomentando comportamientos y actitudes comprometidos con la consecución de metas comunes. Como artista visual entiendo el arte como una herramienta para la concienciación y, a su vez, la práctica artística me ayuda a relacionarme y a conocer mejor el medio que habito a nivel ecológico y etnológico. En particular, las Islas Canarias sufren elevados índices de contaminación por plástico debido a la Corriente de Canarias que las atraviesa. Concretamente, las playas con orientación norte son especialmente vulnerables a este problema. Al residir en Gran Canaria, esta situación la vivo de primera mano. Es por ello que parto de mi realidad más cercana para denunciar una problemática global, realizando limpiezas de playa con las que visibilizo el impacto, a nivel local, del gran problema que suponen los microplásticos en nuestras costas. Por otro lado, la recolección de plásticos y microplásticos previa a la ejecución de las obras es un proceso agotador físicamente pero, a nivel mental, es una delicia para la creatividad. La infinitud de formas, tamaños y colores de los plásticos más pequeños y, además, todos los objetos enteros que aparecen a medida que escarbo en la arena, invitan a dejar volar la imaginación… ¿Cuál será su procedencia? ¿Cómo será el objeto inicial del que se desprendió? Muchas son las preguntas que me planteo durante las limpiezas de playa, habiendo llegado a la conclusión de que todas esas pequeñas piezas que recojo son reflejo de nosotros mismos como sociedad: desfragmentada y a la deriva.
Creación, maternidad y conciliación son otros de los conceptos que representas en algunas de tus piezas. Por ejemplo, en tu proyecto “Par(t)ir” representas la evolución de tu embarazo con sus más y sus menos, con sus miedos e ilusiones, Para ti, ¿Existe alguna conexión entre creación artística y maternidad?
En este momento de mi vida y con un hijo a punto de cumplir los dos años, crear y criar van de la mano, ambas facetas están interrelacionadas, alimentándose recíprocamente. Necesitan de mucha dedicación, pero cada una tiene su propio ritmo: mientras que la creación artística requiere de tiempos largos y pausados y de mucha meditación, la crianza es espontaneidad e improvisación. Un gran nexo de unión entre ellas es la creatividad: en mi práctica artística se presenta en los planos conceptual y formal y como madre se manifiesta en la practicidad de resolver problemas ante los que nunca te habías enfrentado antes.
Como artista mujer y ahora también como madre, ¿Te has topado con obstáculos o barreras a lo largo de tu carrera artística?
Desde que comencé a vincularme con el mundo artístico, siempre he estado rodeada mayoritariamente de mujeres pero, cuando te paras a leer las estadísticas de igualdad de asociaciones como MAV y los bajos porcentajes que ocupan las mujeres en los catálogos de las galerías, se visibiliza la desigualdad de género que sigue existiendo en el mundo del arte en nuestro país y, sin embargo, no es evidente. Por otro lado, la maternidad ha puesto patas arriba mi actividad artística y he tenido que apoyarme en la ayuda que, afortunadamente, recibo por parte de mi familia para poder conciliar vida profesional con la personal. El estilo de vida anterior desaparece y te tienes que reinventar.
Vemos como constante en tu obra la relación entre el ser humano y la Naturaleza y cómo éste la transforma, la altera o la destruye hasta convertirse en una “especie invasora” de su propio hábitat. Piensas que este “apropiacionismo” que hacemos de la Naturaleza a nuestro antojo es uno de los factores que influye en el cambio climático? ¿Cuál es tu relación con la Naturaleza que te rodea en tu día a día?
En nuestra sociedad occidental actual y a causa del sistema capitalista, vivimos en una dinámica de exacerbadas prácticas consumistas que nos ha arraigado la idea de poder conseguir lo que queramos, cuando queramos y como queramos. Ejemplos tan sencillos como poder disfrutar de fruta fuera de temporada que ni siquiera es propia de nuestra zona geográfica. A través de las prácticas humanas, estamos jugando a nuestro antojo con el planeta Tierra sin respetar sus ritmos y a ello, si le añadimos la superpoblación existente, nos encontramos con un panorama poco alentador: el calentamiento de los océanos, el aumento del nivel del mar, la disminución de los glaciares, el aumento de la temperatura global,… todo ello son indicios contrastados por la evidencia científica de la huella que estamos provocando.
En mi día a día y dentro de mis posibilidades, intento llevar un estilo de vida que produzca el menor impacto posible sobre la naturaleza, a partir de las 3 erres “reciclar, reusar y reducir”.
La cosificación de la mujer, estereotipos de género o el machismo cotidiano en los medios y en la cultura popular también son temas que tratas en varias de tus series. ¿Consideras que el arte hoy es una herramienta de transformación y concienciación social?
Desde siempre, toda imagen transmite un mensaje que nace de la voz propia de una persona, institución, empresa,… En nuestra sociedad actual, diariamente estamos expuestos a miles de impactos visuales. Consecuentemente, es necesaria una educación visual para poder leer esas imágenes y ser críticos con ellas, porque pueden llegar a condicionar nuestro comportamiento y generar desigualdades, como es el caso de las series en las que trabajé a partir de refranes sexistas de gran violencia verbal. Como creadora de imágenes, sí considero el arte como una herramienta para la concienciación social y desde este enfoque realizo la mayor parte de mi trabajo artístico. El arte puede transformar la realidad.
Fotografía, dibujo, escultura en resina y otros materiales e incluso punto de cruz y bordado, son algunas de las técnicas que usas para tu trabajo artístico. ¿Con cuál de ellas te sientes más cómoda? O más bien, ¿Cuál de ellas te permite expresarte mejor y plasmar las ideas que surgen en tu cabeza?
Me considero una artista visual que trabaja multidisciplinarmente. Ello supone que cuando tengo una idea la materializo a través del medio que más comulgue con su discurso conceptual. En muchas ocasiones he tenido que aprender nuevas técnicas para poder ejecutar la obra final, lo cual es muy interesante y enriquecedor, tanto a nivel profesional como personal. No obstante, siento predilección por las técnicas gráfico-plásticas. Me gusta sentir el material y mancharme en el proceso de creación artística.
Recientemente has participado en el programa de Residencias del CAAM en Gran Canaria con el proyecto “Invasores. La pérdida de los localismos”, junto al artista Héctor Hernández. En la exposición, ambos trataron el problema de la globalización y sus consecuencias. Cuéntanos cómo estaba planteada esta muestra colectiva y cómo fue tu experiencia.
Artistas en Residencia fue una experiencia muy fructífera de la que me siento muy agradecida ya que me sirvió para comenzar una nueva línea de trabajo que llevaba tiempo en mi cabeza pero no había tenido oportunidad de ejecutarla. Es destacable los esfuerzos que hace el equipo humano del CAAM para visibilizar el arte canario. Durante 3 semanas tuve la suerte de compartir zona de trabajo con Héctor Hernández, un artista versátil y con un gran bagaje cultural del que aprendí muchísimo. El trabajo de Héctor y el mío parten de puntos muy diferentes pero su nexo de unión se encuadra dentro del contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el caso de Héctor, su discurso gira en torno a la idea de acumulación física y virtual producto de la sociedad de consumo actual, actuando desde el reciclaje de latas de refresco como estrategia de creación de objetos artísticos. Por otro lado, mi proyecto “Invasores. La pérdida de los localismos” es una metáfora visual que compara el comportamiento de las plantas invasoras con el comportamiento del ser humano dentro de la globalización: competitivo, destructivo, invasor. La pérdida de las economías locales a favor de una economía de mercado, el rol de las empresas multinacionales, la interrelación de las culturas locales en una cultura global y la aparición de la sociedad red. Al igual que las plantas invasoras traspasaron fronteras geológicas y políticas, la globalización trasciende los límites territoriales en su extensión cara una dimensión mundial gracias a la masificación de las TIC.
¿Qué proyectos de Pilar Boullosa podremos ver en los próximos meses? ¿Nos puedes adelantar algo?
A partir de mi residencia en el CAAM me he centrado en profundizar, a través de la experimentación formal, en los conceptos anteriormente mencionados sobre las plantas invasoras. En estos momentos, me encuentro en pleno proceso de ensayo-error. Estad atentos porque se vienen proyectos de grandes dimensiones.
Y ya para terminar, ¿Hay alguna mujer artista a la que admires o tengas como referente?
Hay muchísimas artistas destacables. En el plano internacional, me fascina la templanza y compromiso de Marina AbramoviĆ, el simbolismo de Louise Bourgeois y la crítica de Concha Jerez.