Dora Román, perfecta combinación de fotografía y técnicas digitales
Olga Isla MIRANDO a Dora Román
La creatividad es inventar, experimentar, crecer, asumir riesgos, quebrantar las normas, equivocarse y divertirse.
Mary Lou Cook
Dora y yo nos conocimos hace más de diez años. Coincidimos en varias asignaturas de la Facultad de Bellas Artes y desde entonces hemos mantenido nuestra amistad y colaborado juntas en algunos proyectos. Tenemos algunas ideas semejantes sobre este “mundo” del arte y una visión que nos lleva a divertirnos y a correr algún riesgo, aunque nos equivoquemos.
En un principio, ella se sintió más atraída por el grabado en sus diferentes técnicas: aguafuerte, aguatinta, gofrado, linografía…, en las que empezó a desarrollar sus primeros trabajos, fascinada por el contacto con las tintas, los papeles, las gubias, los olores de los materiales… Más tarde, conoció la fotolitografía en un taller de San Lorenzo de El Escorial, una técnica a la que no descarta volver dentro de poco tiempo, pues ya está barajando algunas ideas.
Sin embargo, será en la imagen en la que encuentre el medio más adecuado para dar rienda suelta a su creatividad.
Desde sus primeras analógicas, ahora ha pasado a combinar la fotografía con técnicas digitales que le permiten mezclar, dibujar, cortar, pegar o pintar en la pantalla del ordenador, como si de un collage se tratara.
Para ‘Layer_Text’, el proyecto multidisciplinar de investigación artística comisariado por mi y que llevamos al CC Pilar Miró, a Quinta del Sordo y a la Facultad de Bellas Artes de Madrid, Dora realizó la serie ‘Me inclino al filo de mi mismo’, tomando el título del poema de Gonzalo Castillero e interpretando términos del lenguaje creado por Nonu Iazabo como mover, picar, mantener o distribuir, que relacionó con el trabajo del hombre y el mito de Prometeo.
Los mitos vuelven a ser motivo de inspiración en la serie ‘Icaria’, en la que hace mujer a Ícaro y da la vuelta a la historia, otorgándole (ella) el papel protagonista en el relato y en la experiencia del vuelo. Es Icaria quien deja atrás los consejos “No vueles demasiado alto…, ni demasiado bajo…, para que ni el sol derrita tus alas ni el mar moje tus plumas”, y como mujer actual emprende su camino, segura de que sus propios medios le permitirán mantenerse en el aire, en su idea, en su vida.
Hace unos meses descubrió que la fotógrafa Gerda Taro había fallecido a unos pasos de su casa, en un antiguo hospital hoy desaparecido, y con este tema está ultimando una nueva serie. La idea de valorar la obra de las mujeres artistas siempre está presente en su trabajo, así como la lucha contra la violencia de género. Por ello, dirigió la acción ‘Córtala, corta la violencia de género’ en el Ayuntamiento de Aranjuez y fue comisaria de ‘Penélope y las doce criadas’, en la que participaron doce mujeres artistas sobre la novela así titulada de la escritora Margaret Atwood.
Y es que el comisariado es una actividad en la que también se siente muy cómoda. A la anterior, expuesta en Aranjuez y en El Escorial, le siguió ‘Historias de Zapatos’ y en 2016 consiguió reunir en San Lorenzo y El Escorial a más de sesenta artistas de la zona que expusieron, en gran número de escaparates de diversos comercios, una muestra que se tituló ‘Ventanas al Arte’, que probablemente vuelva a tener lugar en el presente año.
Desde que reside en El Escorial está contribuyendo a la dinamización de su vida cultural, colaborando en la organización de las Jornadas de Videoarte que organiza Take Away Process, y que en 2018 celebrarán su IV Edición, y formando parte de las asociaciones de artistas ‘Imagina Escorial’ y ‘Puente Hashi’, actividades que compagina con la colaboración en las revistas digitales Tap Magazine, Mito Revista Cultural y M-Arte.