viernes, octubre 4, 2024

    Clemencia Labin. Descubriendo la vida de una Artista

    ANA ISABEL OROZCO AGUILARTE mirando a CLEMENCIA LABIN

    Clemencia Labin es una pintora y artista de performance nacida en Maracaibo, Venezuela en 1946, y actualmente reside en Hamburgo. En 1970 se traslada a Nueva York a realizar sus estudios en Columbia University, de donde recibe su Bachelor of Arts (B.A.) y en 1974 su Master en Business Administration (M.B.A.). Un año más tarde, se traslada a Alemania, y de 1985 a 1990 realiza estudios en la HfbK o Academia de Arte de Hamburgo con los profesores Kai Sudeck, Franz E. Walther y Sigmar Polke. En el año 2000 inicia y organiza el proyecto “Velada Santa Lucía” en su ciudad natal, Maracaibo, el cual “promueve el reconocimiento sociocultural de una comunidad que acoge a un grupo de artistas nacionales e internacionales, experimentando un encuentro entre el arte y la comunidad”. Tras realizar la Velada por trece años consecutivos -convirtiéndose en referencia artística nacional e internacional- cierra el ciclo en 2013 y termina el festival de arte con una Gran Velada Final y la participación de más de 400 creadores. En 2011 representó a Venezuela en la 54a edición de la Bienal de Venecia.

    AIOA: Me interesa mucho saber ¿cómo fue ese primer click con el arte? Tus inicios… ¿Cuando dices “Quiero ahondar en esto”?

    CL: Para mí, arte significa creatividad, y creativa fui todo el tiempo; desde que era niña me gustaba practicarlo pero no lo veía como arte, lo veía como manualidades, como cosas que uno hacía. La decisión de ser artista, de estudiar en una academia de arte vino después. Más bien, fue mi segunda educación. Yo me gradué en negocios en Estados Unidos y fue después que me regresé a Alemania, tuve dos hijos más (yo tuve un hijo de mi primer matrimonio cuando me fui de Venezuela), luego mi papá por las condiciones de ese tiempo me decía: ¿Y de qué vas a vivir, del arte? ¿Mantener a un hijo y mantenerte a ti, del arte?

    Entonces estudié algo que funcionara que fue negocios, pero no era lo que yo quería hacer… Lo hice porque era lo más fácil y con eso estaba segura como mujer. Era una profesión en donde no había tantas mujeres (recuerda que estamos hablando del año 72). Yo empecé a trabajar con la firma en el 74 y yo era la única mujer, y también minoría ya que soy latina. Todas esas cosas se dieron y fue una experiencia genial para mí, pero después que me vine a Alemania, me casé por amor y dije ahora voy a hacer lo que siempre quise: aplique en la academia y fue entonces cuando comencé de forma seria, no solo improvisando o mirando los artistas que me gustaban y tratando de trabajar como ellos, sino que comencé a estudiar arte, a tratar de encontrarme a mí misma y encontrar algo que de verdad se pareciera a mí y que yo pudiera ser. Ese fue el proceso y cuando empecé a estudiar bellas artes, era la estudiante mayor, tenía en ese entonces 38 años.

    Cosido real, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Cosido Real”, 2014. 21 ensamblajes de telas, cosidos sobre papel o tejidos. En parte rellenos de algodón de poliéster y pintados con acrílicos, cada pieza de 56x42cm.

    Yo siempre me he considerado pintora, en ese tiempo pintaba “como se tiene que pintar” con lienzo, con la forma tradicional, abstracta y los compañeros en ese entonces me decían “Claro, tú pintas porque eres un dinosaurio” y yo me reía y les decía “Y ustedes lo que hacen es trabajar con paneles de madera porque eso es lo que está de moda, o conceptual”.

    Pero en realidad por dentro decía ¿Será que tienen razón? ¿Que yo solo sé pintar? Lo único que me puso muy contenta fue cuando en los años 90 comenzaron todos a pintar de nuevo porque fue lo que volvió a entrar, y aquí en Alemania vino un movimiento, un fluxus, totalmente pictórico y eso me llenó de mucha satisfacción. Y ahí me puse a trabajar con tela y a hacer este tipo de obra que tengo ahora que creo que es más afín con el hecho de yo ser mujer. Y lo quiero ver como una cosa sencilla, casi como algo natural que te enseñan desde pequeña, la mujer es la que cose, la mujer es la que trabaja con telas. Y las telas son para mí, una fascinación! Yo creo los objetos y mi forma a través del color y la textura.

    Cosido real, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Megapulpa Canario”, 2003 Telas sobre marco de madera tapizada con algodón de poliéster y pintada con pintura acrílica. 104x104x17cm

    AIOA: Quería conversar acerca de la versatilidad de tus obras. La tela es protagonista, pero la podemos ver en distintos formatos y soportes. La veo como un punto de partida a un mundo de posibilidades, y creo que es un sello que has propuesto y capaz esa fue tu búsqueda.

    CL: Tengo una serie que ha seguido con los años que se llama Pulpa Chic, y se llama pulpa porque es suave, te incita al tacto. Y es una obra que comencé a hacer utilizando tela y materiales irreverentes en vez de la pintura convencional. Desde el año 2001 decidí “Yo ahora en vez de coleccionar las telas y pintar tela, voy a usarlas” y así fue como comenzó esta etapa que hoy en día está super en boga. Todo el mundo hoy trabaja con tela, a mí me da risa porque yo comencé en ese tiempo, quería que se convirtieran en objetos que no estuvieran aferrados a un marco sino que eran cuerpos de colores y quizá estuve influenciada por unas clases de escultura. Decidí que necesitaba encontrar mi tercera dimensión y fue a través del material, de la tela, que lo logré hacer.

    Contrapunto, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Contrapunto”, 2018 Group Show at DLFA Diana Lowenstein Gallery, Miami, USA. Los escenarios son obras temporales hechas con retazos de textil pegadas a la pared con tape de papel de pintor. Son acompañadas por Pulpas, ensamblajes suaves(piñatas) u otros objetos colgantes hechos en textil con formas

    AIOA: ¿Y qué me dices del proceso creativo? Me imagino que fue cambiando, desde el momento que te encuentras con la tela hasta hoy. Te quiero preguntar en el hoy: ¿Cómo es el proceso creativo actual de Clemencia?

    CL: Creo que el proceso creativo para cada artista es diferente. Hace poco me dieron un cuestionario en donde me preguntaban cuando aparece el flow (así llaman al proceso creativo) en tu mundo de creación. Para mí, esa sensación creativa es el momento en que logro concentración en lo que estoy haciendo y logro también abstraerme de todo lo que está alrededor de mí, y creo una especie de mundo propio en donde voy a hacer lo que se me está ocurriendo; y esa idea puede venir a través de una imagen que veo, a través de una foto, hasta una misma tela que consigo. Son miles de cosas que me pueden producir ese input para yo entonces decidir qué hago con eso. Y la idea va cambiando, muchas veces comienzo con una idea y la misma se transforma. Hay momentos en que no puedo más y no le encuentro resultado, la dejó a un lado porque no voy a intentar forzar una cosa, empiezo con otra, por eso ahí mismo en mi taller, que está lleno de cosas que no están terminadas. Yo voy a la par. No necesariamente tengo que empezar una y terminarla para empezar otra. Muchas veces pasa años ahí, después la miro y digo “Ah!” la tomo y la incorporo a un trabajo que estoy haciendo. Todo tiene su tiempo y yo creo que en la creación uno necesita tiempo para madurar. Hacer arte no es una carrera, hacer arte, no es hoy, mañana, rápido, más trabajo… No. Hacer arte es un modo casi hasta de vida, tu tienes que hacer arte toda una vida y por lo tanto lo que tienes que hacer, tiene que parecerse a tí. Porque si no, llega un punto en el que te das cuenta que no lo llenas, que el arte está vacío.

    Colección MD, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Colección MD”, 2010. Arreglos florales hechos con diversas cucharas de madera tapizadas con Lycras de colores, rellenas con algodón de poliéster y pintadas con pintura acrílica. Colocadas en diferentes floreros de vidrio reciclados. En su mayoría objetos de segunda mano de los años 70. Medidas variables.

    Para tener un arte que tenga sustancia y que sea real, tienes que estar tú detrás de él. Esa es mi actitud y siempre me he dicho que no quiero hacer un solo trabajo maravilloso que se venda; yo quiero hacer un trabajo que me llene, que me sienta cada dia que estoy haciendo algo nuevo, intentando una nueva idea. Puede ser que al otro día llegues al taller y veas la misma pieza y digas “un horror” y la pongas al lado. Pero ese momento de tanta satisfacción que te da el haber hecho algo, tú piensas que es importante, que es bueno, que es parte de tí. Eso es fantástico y yo creo que por eso es que uno sigue siendo artista.

    Con tu arte tú te expones (si lo haces honestamente) a mostrarte a ti y eso significa que tienes que estar dispuesta a que te critiquen, a que te cuestionen… Todo eso es parte de ese proceso que yo viví, y para lo que me ayudó muchísimo el hecho de haber logrado –a pesar de mi edad– haber entrado en la Academia de Artes de Hamburgo. Porque me dio esa plataforma, donde yo pude –no solo como mamá, como ama de casa, como mujer– hacer el trabajo, sino como estudiante de arte, con una plataforma y con un grupo de personas que estaban haciendo lo mismo que yo. Por eso es que pienso que las academias son importantes. No tanto por lo que te puedan enseñar, sino porque son una plataforma en donde te puedes desarrollar viendo a tus compañeros, ver el trabajo de todos, hablar sobre él y lograr que te critiquen de forma real. Tú tienes que tener a alguien con el cual puedas hablar sobre el trabajo.

    El vergel, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “El Vergel de Clemencia Labin”. Instalación Solo Show Centro Lía Bermúdez, Maracaibo, Venezuela. 2009 nubes hechas con algodón de poliéster y culebras de telas diversas, guata, plástico y pintadas con acrílico
    Tamaño: medidas variables

    Yo creo que yo hago las cosas con todo mi ser, con mucha pasión y yo creo que eso es uno de los factores más importantes en todo lo que hagas, si tú lo haces convencida y lo haces con pasión, funciona. Y ese ha sido el tema toda mi vida. Recuerdo cuando entre la academia y tenía mis hijos pequeños, que me decían que no me iba a dar tiempo, que iba a perder la familia, los hijos… Y yo dije “Mira, yo hago mis cosas lo mejor que puedo, tanto con mis hijos como con los otros”. Mis hijos estaban fascinados, me ayudaban. Eran los primeros en estar ahí, eran mis fans y eso es algo bellísimo. Yo he tratado de siempre hacer las cosas lo mejor que puedo, con la mayor pasión. Yo me siento hasta cierto punto realizada, siento que he logrado lo que me he propuesto.

    La Pinta, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “La Pinta”, 2012. Solo show en el Museo de Arte contemporáneo Mario Abreu, Maracay, Venezuela. Instalaciones de diversas obras Pulpa Chic y performance con el mismo nombre de la exposición

    AIOA: Cuéntanos sobre la Velada de Santa Lucía.

    CL: La Velada de Santa Lucía fue una locura. Después de la muerte de mi padre, mi madre no se sentía segura viajando, y yo tenía que ir constantemente a Venezuela. Eso me llevó a decir “Bueno, yo quiero conocer mejor a Venezuela y Maracaibo”. Y comencé a recorrer de nuevo el país, le volví a coger mucho cariño a todo el territorio, a la naturaleza que tenemos que es maravillosa, hice paseos por el Orinoco, el Autana, por miles de sitios que no conocía.

    Eso pasó también con Maracaibo. Yo era una especie de Maracucha-Caraqueña porque a los 6 años me fui a vivir a Caracas pero como buenos Maracuchos, todo se hacía en Maracaibo. Un día me llevaron a comer unos cepillaos en Santa Lucía, y cuando llego veo ese sector, las casitas coloniales todas pintadas de colores como si fueran los colores que yo uso para pintar, yo decía “Esta es la paleta mía! Yo siento que pertenezco a este mundo!” porque en Alemania la gente era mucho más decente con los colores. Ahora yo sé de dónde me viene el color. Cuando volví a Alemania, boté todos los cuadros grises y dije “COLOR”. Y compré una casita en Santa Lucía. Una casita de una amiga que no tenía techo. Le pusimos el techo y yo inauguré la casa con una fiesta popular.

    La gente me miraba porque yo siempre ando con mis cadenas y azabaches, y me decían “Clemencia! ¿De qué secta sois vos? ¿Qué quereis tú aquí?” y yo les decía que yo no quiero nada, más bien les quiero dar, yo les quiero traer arte.

    Ahora que teníamos este espacio, le pedí a un artista que se llama Luis Romero, que trajera un grupo de artistas jóvenes de Caracas. Se unió un grupo de artistas de Maracaibo (todo esto, autogestionado) y así realizamos la primera Velada en tres casas. Después fueron 7 y así se iban sumando… Ahí comenzó desde el 2005. Nos mantuvimos con la propuesta de solo tomar una calle –desde el boulevard hasta la iglesia– porque no dábamos abasto, al final eran 44 casas.

    Llegábamos una semana antes a trabajar in situ y eso era como una gran familia: los dueños de las casas, los artistas, eso era verdaderamente lo más bello que he visto en mi vida. Normalmente los artistas siempre cuando hacen exposiciones en conjunto hay como una cierta competencia, pero aquí no, aquí nos ayudamos el uno al otro, Si había algo que alguien no tenía, se le daba, era bellísimo. Y al final la misma gente que al principio me preguntó que a qué venía y qué quería, después decían que vivían en la “Calle del Arte”.

    Santa Lucía, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Santa Lucía”, 2011.Performance de Clemencia Labin en la Velada Santa Lucia 2011. Casa Museo con el acompañamiento del llanto de 4 lloronas Wayuu, la supervisión de la madre y la protección de dos guardianes.

    KG: ¿Qué es lo que le confiere a un producto o una propuesta artística el valor y el reconocimiento de obra de arte?

    CL: Eso es una cosa que es complicada porque el valor es relativo. Y yo creo que también es cultural, y hay un grupo de países, instituciones, personas que tienen el comando de decidir qué tiene valor como arte o no. No podemos ser ingenuos y pensar que hacemos algo y lo llamamos arte. Nosotros dependemos de toda una especie de organización en la que hay parte de negocios y marketing. Y recordemos que están, no solo las galerías, los curadores, artistas, sino también hay muchos gremios que tienen intereses y deciden en parte lo que tiene valor y lo que no.

    Laberinto, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Laberinto” Instalación de Piñatas y Truncas, 2014. 1 Bienal internacional de arte contemporáneo Cartagena de Indias. Ensamblajes colgantes de telas diversas, rellenos de algodón de poliéster.
    Instalación de medidas variables.

    Hay un profesor que yo tenía y me decía “Tienes que ver los libros de exposiciones pasadas de artistas que fueron muy importantes en su tiempo, y mira qué ocurre al pasar de los años”. Hay que ver quién es el que verdaderamente queda cuando estás en el momento de la influencia. – El valor del arte se lo tiene que dar el artista. Tienes que creer en lo que estás haciendo y tienes que darte tu valor. Uno tiene que estar informado, pero al mismo tiempo, la información y las decisiones tienen muchos intereses alrededor y eso creo que le da el valor al arte o no.

    Pulpa plana, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Pulpa plana 1”, 2008. Lycras tapizadas sobre marcos de madera, rellenas con algodón de poliéster y pintadas con acrílicos. Medidas variables. Pieza de 400 x 300 cm

    AIOA: ¿Qué es para ti el performance?

    CL: Yo era una niñita y tenía una abuela por parte de padre que le encantaba hacer el cuadro vivo. Y hay una foto de mi abuela en el que ella está con un traje bellísimo y una espada, y yo le digo “¡Abuela! ¿Y esa quién es?” y me dice “¡Soy yo! – En ese momento yo era La Libertad y estuve veinte minutos sin mover un ápice de mi cuerpo”.

    Yo le dije que cuando sea grande lo voy a hacer, y así mismo fue. Cuando yo comencé la Velada yo no tenía tiempo ni espacio para ponerme a llevar obra mía. Entonces como aquí (Maracaibo) las figuras religiosas son tan importantes, voy a hacer figuras religiosas y a hacer mis cuadros vivos como lo hacía mi abuela y ahí empiezan mis inicios con el performance que en realidad es un cuadro vivo en donde yo represento algo.

    Tránsito veneciano, Clemencia Labin | Mujeres Mirando Mujeres | Ana Isabel Orozco Aguilarte

    “Transito Veneciano”, 2011. Performance de Clemencia Labin en la Bienal de Venecia. Todo fue realizado y organizado de forma espontánea. Se logro reunir a un equipo de voluntarios italianos, que estuvieron dispuestos a trasladarla, cargarla, llorarla y acompañarla durante su tránsito hacia el pabellón de Venezuela en el Giardino de la bienal de Venecia y todo por amistad y “amor al Arte”.

    Ana Isabel Orozco Aguilarte. Bio MMM. Web.
    Clemencia Labin. Bio MMM. Web.

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