Ana Daganzo, sublimando arte y ciencia.
MERITXELL ÁLVAREZ mirando a ANA DAGANZO
Ana Daganzo es una joven artista madrileña cuya inspiración creativa emana de la ciencia. Graduada en Diseño por la UFV (Madrid) y con un Máster en Bellas Artes por la University for the Creative Arts (Canterbury, Reino Unido) y posgrado de especialización en fotografía. El año 2021 lo empezó en el Colegio de España de París, gracias a una beca del Ministerio de Cultura donde ha seguido investigando y trabajando en nuevos proyectos. La coherencia, solidez y meticulosidad de sus trabajos hacen que Ana Daganzo sea una de las artistas visuales menores de 30 años con más proyección.
En sus obras, Daganzo crea universos estéticos que surgen de la curiosidad por la ciencia y la investigación pasados por el filtro de su sensibilidad. Las piezas, descomponen, interpretan e indagan en diferentes teorías y fenómenos de la naturaleza relacionados intrínsecamente con la ciencia – la astronomía, la física o la química – desde un punto de vista riguroso y una aproximación poética y subjetiva. Lo que de entrada podría resultar frío e impersonal se vuelve etéreo, bello y transformador.
Siguiendo la estela del legado de mujeres pioneras de la investigación como María la Hebrea y Maria-Anne Pierrette Paulze-Lavoisier, en sus propias palabras: “Tomo lo desapercibido y lo indemostrable como punto de partida para crear nuevas conexiones y juegos de significados. Mi trabajo se desarrolla habitualmente mediante la fotografía, explorando distintas técnicas analógicas y experimentales, y la instalación”.
No solamente se sirve de la ciencia como fuente de inspiración: el método científico, su organización y su meticulosidad influyen en la forma que tiene de plantear, trabajar y presentar todas las fases de los distintos proyectos. En obras como las de Inventario (2017), Las fases del ojo (2016), Juegos de equivalencias (2017) o Formas entópticas (2019) se hace patente su interés por la taxonomía.
Los dos proyectos más extensos, y gracias a los que conocí su obra, son, por un lado, Transmutaciones, y por el otro, Chaos Lumineaux.
Transmutaciones (2018) es el fruto de más de un año de trabajo, posible gracias a una beca de residencia concedida por la Fundación Antonio Gala. En el Museo de la Alquimia de Córdoba, gracias a las adecuadas instalaciones a las que tuvo acceso y a la libertad que tuvo para desarrollar la investigación, experimentó una inmersión en el universo de la alquimia, sus tratados y su historia, explorando su vinculación con técnicas fotográficas de carácter experimental, y la conexión entre ambas disciplinas, protoquímica y protofotografía, actualizando el concepto de alquimia e hilvanando los procesos científicos con unas creaciones finales en las cuales las imágenes, sugerentes, sensuales, volubles, tienen mucho que ver con la poesía. Y es que sí, alquimia y fotografía, parecen, en cierto modo, disciplinas hermanadas en las que se usan sustancias químicas similares (el nitrato de plata, por ejemplo), que, además, tienen como escenario un laboratorio y comparten objetivos, entre ellos, la aspiración de transcendencia e incluso inmortalidad.
La técnica empleada es el quimigrama, proceso en el que se trabaja directamente sobre el soporte – papel fotográfico o cualquier otro con una base de emulsión fotosensible – sin emplear la cámara ni ningún otro dispositivo, utilizando únicamente esa capacidad de reacción a la luz. Se trata de fotografía sin óptica, y las imágenes resultantes surgen de las reacciones de los distintos químicos empleados. Jugando con diferentes diluciones y combinaciones de químicos, junto con los métodos y tiempos de exposición, y con un componente aleatorio controlado, Daganzo produce unas obras abstractas que, a pesar de su abstracción, remiten a un imaginario de superficies planetarias, conjuntos estelares y nebulosas.
En el siguiente proyecto, de la química pasó a explorar la física: Chaos Lumineaux, gira en torno a la percepción visual, posicionando al ojo como el eje central, explorando tanto sus particularidades y su imaginario interno como sus limitaciones. Toma como punto de partida la paradoja reflexiva que encierra nuestra visión y se adentra en los fenómenos internos que produce nuestro ojo.
Este proyecto explora la percepción visual y analiza los fenómenos que genera el ojo en tanto que instrumento óptico, el aparato que nos permite ver, la cámara natural que todos llevamos incorporada de nacimiento y que no está exenta de defectos. Y para cada uno de esos fenómenos busca la técnica y la metodología que le permite acercarse a una representación de los mismos coherente con su método artístico.
La pregunta que desencadena el proyecto es: ¿qué vemos cuando no vemos? Cuando tenemos los ojos cerrados, en la oscuridad, tras ser deslumbrados… El ojo humano es incapaz de ver la oscuridad absoluta, y cada persona percibe estos “fallos” (destellos, manchas…) de manera distinta.
Buena parte de la investigación la llevó a sumergirse en tratados de óptica, pero otra parte importante se basó en entrevistas personales en que las personas describían o dibujaban lo que veían cuando no estaban viendo nada. Ana Daganzo recopiló y categorizó las respuestas, representando los diferentes resultados.
Chaos Lumineaux se refiere al ruido visual: el ojo humano no puede ver la oscuridad total, siempre hay unas manchas, unos destellos – los fosfenos – llamados ruido visual, y los plasma en una serie de fotografías en que el “ruido” de la cámara fotográfica reproduce el fenómeno.
Formas entópticas es una catalogación de las distintas formas que vemos cuando abrimos los ojos después de tenerlos tapados un rato. Una edición completa de serie forma parte de la colección MIA Art Collection de arte femenino.
En Alfabetos Celestes explora las miodesopsias, los destellos que se ven al observar el cielo durante el día y que son opacidades en el humor vítreo que generalmente percibimos como formas semitransparentes que flotan en nuestro campo de visión. Y lo relaciona con el alfabeto celestial, uno de los alfabetos de la alquimia inspirados en el firmamento, ligando así con su anterior proyecto. Esta obra ha formado parte de la exposición Sense of Women, comisariada por Semíramis González para MIA Art Collection en Dubai, en abril de 2021.