Mariña Regueiro: “Cuando hacemos encaje conectamos directamente con ese lenguaje secreto y lo traducimos a nuestra época”
ALICIA GONZÁLEZ mirando a MARIÑA REGUEIRO
En la obra de Mariña Regueiro hay una parte lúdica, inesperada…, un mirar con la sonrisa de la Gioconda que levanta la cabeza de la labor para acto seguido seguir tejiendo. Teje quizá, porque las palabras se le quedaron cortas y porque la delicadeza de este arte, el del encaje “es a la Historia del Textil lo que la Poesía a la Historia de la Literatura». Es la forma más poética de tejer y en los Encajes del pasado podemos leer, desde el Soneto más barroco al Haiku más profundo”.
Une así su amor por la escritura y por la creación acariciando los hilos para desarrollar piezas que tan pronto visten tocones de árbol como caen sutiles cual si se tratase de la gota instilada de un colirio. “La palabra textil y la palabra texto proceden ambas del latín textus, por lo tanto, cuando una persona hace encajes, está a la vez escribiendo la historia de su tiempo y nuestro tiempo es el tiempo contemporáneo”.
Su manera de interpretar el encaje hace que los troncos desnudos de los árboles que perecieron a manos de la borrasca profunda que fue Filomena y sus fríos extremos vistan sus encajes a modo de sudario. O añade un sorprendente colorido a esa artesanía monocroma, tradicional de reglas estrictas en mantelerías y ajuares para mostrarnos su adecuación a los tiempos modernos y a la libertad con la que elabora piezas objetuales con una absoluta limpieza de formas. En ese minimalismo orgánico Mariña se aproxima a la composición del haiku en sus diseños, merecedores de compararse en esencialidad al gran Basho.
¿Cómo se engarza la filología con el encaje de bolillos como arte contemporáneo?
La filología abre puertas al lenguaje de otras culturas. El Encaje de bolillos es una técnica que nace y se desarrolla en todos los países de Europa. El boom encajero de los 80 que recorrió Europa atrajo un interés genuino por los encajes españoles. Hablar lenguas me ha permitido enseñarlos en el extranjero. La universidad me ha dotado de herramientas específicas para dedicarme también a la investigación textil de los encajes históricos españoles.
¿Su trabajo procede de su amor por la minuciosidad?
El amor por la minuciosidad me lo da mi ascendente Virgo, pero prima más en mí el signo de Acuario bajo el que nací: me da alas.
Fue mi espíritu aventurero el que me sacó de Madrid, de las aulas de la universidad privada, a montar la primera escuela de encajes de verano en un pueblecito de Costa da Morte de A Coruña.
¿Acabó de confeccionar “La maleta de Rosa”?
La maleta de Rosa fue un intento de dirigir una investigación sobre los encajes de una zona de Galicia que no llegó a término… la maleta sigue en el altillo de Rosa.
Me gusta hacer grupos de estudio en los lugares donde enseño con la intención de motivar a mis alumnas y enseñarles a investigar. Para ello es necesario tener una relación en el tiempo como he tenido con mis grupos de estudios de muchos años en Andalucía, una tierra donde, en los museos y en las actividades lúdicas y religiosas los encajes están muy presentes. La relación de las provincias occidentales andaluzas con los agentes holandeses en el siglo XVII contribuyó a magnificar esta riqueza. Actualmente trabajo sobre los encajes de Málaga.
Muchas de sus piezas componen una auténtica filigrana, ¿el encaje no admite la desproporción, tan humana?
El encaje tradicional no admite la desproporción humana porque está hecho a medida del hombre y la mujer que los usan en su vestimenta, pero el Encaje Contemporáneo incide precisamente en esta desproporción. El encaje contemporáneo hoy es un vehículo para el Arte. Hoy hacemos Encaje “A lo Grande”.
Hay algo de secreto en esas piezas pequeñas, como si se tratara de la recuperación de una conversación perdida con alguien del pasado.
El encaje tiene un lenguaje secreto. Cuando hacemos encaje conectamos directamente con ese lenguaje y lo traducimos a nuestra época.
Desde los primeros encajes renacentistas, éstos han expresado todos los estilos artísticos del momento, no en vano han sido complementos de la moda. Nosotras escribimos el encaje que corresponde a nuestra historia vital: vivimos en la época contemporánea y así concebimos nuestros encajes. Pero un hilo invisible nos conecta con las encajeras de 1500 y las que las sucedieron hasta el momento presente, porque el lenguaje es el mismo.
¿El encaje es la codificación de un lenguaje que se ha perdido?
Los encajes han sido breadwinners desde su inicio. Para la mujer ha representado un lenguaje que le ha permitido viajar de un lado al otro de Europa con unos conocimientos muy valorados.
En el libro Nüw Modelbuch de 1561 (Zurich) primer libro de patrones publicado por una mujer, la autora sostiene que los encajes representan un gran invento de la humanidad, ya que permite a las mujeres independencia y ganan más que hilando, cosiendo o tejiendo en el telar.
En su obra hay una parte lúdica, inesperada…
Cuando doy cursos de encaje contemporáneo me gusta sorprender a los estudiantes. En la Facultad de Historia de Santiago de Compostela se celebran unas Jornadas Galicia-Japón organizadas por la embajada japonesa. En una ocasión trajeron al director del Museo del Origami (EMOZ) de Zaragoza que nos enseñó a hacer una boca desplegable. Se me ocurrió que sería muy divertido tomarlo como tema de los cursos de verano que doy en el Museo de Arte Contemporáneo Costa da Morte (MACCMO). Ese verano hicimos Pop Up Lace que tuvo mucho éxito.
Sus últimas piezas aúnan la naturaleza arbórea y los haikus y sorprende que las tramas de sus piezas se acomoden tan bien en los troncos.
La exposición “Encajes y Haikus” constituye un paseo lúdico por la naturaleza de Galicia. La colección ha sido ilustrada en un bonito Cuaderno a la manera Japonesa por la editorial Raíces de Madrid y es también una llamada de atención hacia la versatilidad de esta técnica que se funde con la caligrafía en español y japonés creando con sus 60 piezas un conjunto muy poético.
La exposición “Fiestras, Finestras, Leihoa, Ventanas” nos lleva a recuperar las ventanas de las casas vernáculas que se descartan buscando una mayor eficiencia energética…, pero que descarta también la belleza de la madera y los colores con los que se pintaban y que década tras década van dejando huella de sus capas. También nos gusta la idea de imaginar a las encajeras del pasado haciendo encajes al lado de la ventana para aprovechar la luz diurna.
La exposición que titulamos “Vente al Museo, Tronco” es enteramente de mi colaboradora Rocío Utray, que como yo, ha crecido en un ambiente artístico. En sus paseos matutinos tenía que sortear los troncos esparcidos por las calles de Madrid debido al huracán Filomena y se le ocurrió recogerlos y darle una segunda oportunidad y restañar sus heridas cubriéndolos con encaje contemporáneo.
¿Qué les diría a quienes piensan que el encaje es un arte menor tradicional y que está muerto?
Que el encaje es un arte menor o una artesanía está en el imaginario colectivo. En las Escuelas de Diseño y Moda más importantes del país no se conoce el Encaje Contemporáneo, porque no hay interlocutores de este arte en España: en Europa el encaje se enseña en las facultades de Bellas Artes y en las Escuelas de Diseño y Moda, se exhibe en galerías de Arte y en museos. Lugares como Barcelona o Vigo, sedes de importantes escuelas de Moda, disponen de centros encajeros a menos de 100 km, pero nunca han imaginado que el encaje puede formar parte de la enseñanza de sus escuelas. Nadie se lo ha explicado. Recientemente, en un interesante congreso organizado en Galicia por la Fundación Artesanía de Galicia, no había nadie representando a los encajes, siendo como es Galicia el último reducto donde todavía se hace encaje para la venta.
¿Cuánto tiene de marinera esta vocación suya? ¿Podría haber hecho otro tipo de arte siendo oriunda de Corme?
El hecho de haber establecido mi escuela en la Ría de Corme, en la playa del Osmo y a 660 km de Madrid, hizo que el deseo de ir a un lugar tan remoto funcionará como un revulsivo para mis futuras alumnas.
Mi primera obra, después de acabar la carrera, fue “Vocabulario de las Lenguas Ibéricas” de Nuestra Cultura…, mis diplomas, escritos a mano se firmaban con el nombre de Mariña Regueiro, Maestra Palilleira, Carlos Pujol, cociñeiro, Ricardo Goyoaga, Pinche de cociña. Siempre he amado las lenguas vernáculas
Un certero anuncio en El País en las páginas centrales del dominical anunciando mi escuela en 1984 bastó para que se sucedieran un aluvión de llamadas para darme la enhorabuena … Me hace mucha ilusión aprender encajes, me decían, pronto los cursos se llenaron y el océano se convirtió en parte de la escuela. Había intentado antes abrir una escuela en Granada, no hubo respuesta, era Galicia y aquella aldeíta marinera la que hizo el trabajo. A partir de la creación de Universidades Populares en todo el país, hubo mucha demanda de profesoras de encaje que necesitaban tener un método para poder enseñar y eso es lo que proporcionaba mi escuela, un método contemporáneo para la enseñanza de los encajes.
Parece gustarle trabar lo orgánico de la naturaleza con lo esencial de sus piezas…
Cocó Chanel decía de los encajes: “I consider lace to be one of the prettiest imitations ever made of the fantasy of nature; lace always evokes for me those incomparable designs which the branches and leaves of trees embroider across the sky, and I do not think that any invention of the human spirit could have a more graceful or precise origin”.
Las fibras con las que se realizan los encajes son de lo más nobles y proceden tanto del mundo vegetal, el lino y el algodón, como del mundo animal, la lana y la seda o del mundo mineral, el oro y la plata. Son materiales nobles que dotan a los encajes de un plus de belleza. Hoy trabajamos también con plástico o acero inoxidable, porque son materiales de nuestro tiempo.
¿Tienen los telares, las artes manuales una porción terapéutica que ha mitigado los males de las mujeres, relegadas a los rincones de la sociedad?
Hacer encaje para una persona significa parar el tiempo. Este trabajo meditativo en el que los bolillos de madera son tomados de dos en dos, se convierten en una especie de salmodia que va desacelerando el tiempo. Todas las personas que se dedican a los bolillos comentan qué gran terapia constituye el hecho de realizar una obra sin prisa viendo cómo va desarrollándose el proceso de creación.
Es interesante también el hecho de que se puedan improvisar y hacer en cualquier parte debido a la sencillez de los instrumentos que se emplean en hacer un encaje. Hilo, bolillos y alfileres.